1. LA LECTURA DIARIA DE LOS TEXTOS
BÍBLICOS litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la PALABRA DE DIOS. De esta manera nos
unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. También
nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están
relacionados y lo que leemos hoy se continúa con lo de mañana. La lectura
diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta)
constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en
la Biblia.
2. – la LECTURA DE UN EVANGELIO DE CORRIDO.
2. – la LECTURA DE UN EVANGELIO DE CORRIDO.
Es muy interesante descubrir la trama de la vida de
Jesús escrita por cada evangelista. Te recomendamos la lectura del EVANGELIO DE
MARCOS. No es muy largo, en unas horas se puede leer. Al ser el primero de los
sinópticos, los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el esquema general. Por lo
tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.
3. ORACIÓN CON LOS SALMOS. Los mismos recogen la oración del pueblo de Dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida.
4. La LECTURA ORANTE DE LA PALABRA, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
Lectura 3. ORACIÓN CON LOS SALMOS. Los mismos recogen la oración del pueblo de Dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida.
4. La LECTURA ORANTE DE LA PALABRA, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
Meditación
Oración
Compromiso
La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida.
LA LECTURA ORANTE, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.
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