Los
sacerdotes que absuelvan del pecado del aborto deberán hacer una reflexión
que ayude a comprender el crimen cometido
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Sergio Mora
La
prerrogativa que ha concedido el papa Francisco, durante el Año Jubilar de la
Misericordia, para que los sacerdotes puedan perdonar el pecado del aborto no
significa minimizar este crimen, sino hacer entender a quien lo ha cometido la
gravedad del mismo.
Lo
indicó este martes el padre Federico Lombardi, en unas
declaraciones realizadas en la Sala de Prensa del Vaticano, precisando que
en el texto el Pontífice es claro, pues le indica a los sacerdotes que “se
deben preparar para esta gran tarea” sabiendo conjugar “palabras de genuina
acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido”.
Además
los sacerdotes, prosiguió el portavoz, deberán “indicar un itinerario de
conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del
Padre que todo lo renueva con su presencia”.
Y
precisó que normalmente el perdón del pecado para quienes cometieron o
participaron de alguna manera en un aborto, puede ser dispensado solamente por
el obispo local o por el sacerdote por él indicado.
Con
motivo de este evento, el Papa “decidió conceder a todos los sacerdotes para el
Año Jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver
del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón
piden por ello perdón”.
Lombardi ha
señalado además, que el Santo Padre indica en la carta enviada a Mons.
Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Nueva
Evangelización, que
“uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación
de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado
una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una
nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial,
casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo”.
Por
ello insistió el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el perdón
tiene que abrir las puertas a la conversión de las personas que han cometido
este pecado.
“El
perdón de Dios --escribe el Pontífice en la carta-- no se puede negar a todo el
que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al
Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre”.
Precisó
el portavoz del Vaticano, que esta facultad extendida a los sacerdotes será
válida durante el Jubileo de la Misericordia.
El
texto escrito por el Papa reconoce las dificultades que viven quienes lo han
practicado: “Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una
derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma
especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los
condicionamientos que las condujeron a esa decisión”.
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