El Papa llegó a la sede de la FAO de Roma
en medio de una gran expectación, acompañado por el director general,
José Graziano da Silva, y otros responsables del organismo.
Francisco intervino en el marco de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición. Ante la asamblea, pronunció un contundente discurso en el que denunció la especulación económica con los alimentos.
FRANCISCO
"Duele
constatar además que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve
obstaculizada por la "prioridad del mercado” y por la "preeminencia de
la ganancia”, que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera,
sujeta a especulación, incluso financiera. Y mientras se habla de
nuevos derechos, el hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y
pide carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una
alimentación de base sana. Nos pide dignidad, no limosna”.
Retomando
una idea lanzada por Juan Pablo II en su discurso en la FAO, el Papa
Francisco lamentó que se siga produciendo "la paradoja de la
abundancia”.
FRANCISCO
"Hay
comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el
derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para
otros fines, están ante nuestros ojos”.
Dijo que son inaceptables las presiones políticas o económicas sobre la disponibilidad de los alimentos. Pidió además que se cuide del planeta.
FRANCISCO
"Recuerdo
una frase que escuché de un anciano hace muchos años, Dios siempre
perdona… las ofensas, los maltratos, Dios siempre perdona, los hombres
perdonamos a veces, la tierra no perdona nunca. Cuidar a la hermana
tierra, la madre tierra para que no responda con la destrucción”.
El
Papa también lamentó el individualismo y la división de la sociedad que
priva a los más débiles de una vida digna. Y, para terminar, invitó a
la comunidad internacional a luchar por acabar con el hambre en el mundo
"para salvar la vida en el planeta”.
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