El Papa continuó su ciclo de catequesis sobre la Iglesia en la
audiencia general. Francisco explicó cómo deben vivir los diáconos,
sacerdotes y obispos para que "su servicio sea auténtico y fecundo”. Les
recomendó ser pacientes, afables y sobrios.
Francisco añadió que todo presbítero debe alejarse de la vanidad.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA
Queridos hermanos y hermanas:
En
la catequesis de hoy, podemos hacernos la pregunta qué se pide a los
obispos, presbíteros y diáconos para que su servicio sea auténtico y
fecundo.
San
Pablo, en sus cartas pastorales, además de una fe firme y una vida
espiritual sincera, que son la base de la vida, enumera algunas
cualidades humanas, esenciales para estos ministerios: la acogida, la
sobriedad, la paciencia, la afabilidad, la bondad de corazón…
cualidades, que hacen posible que su testimonio del Evangelio sea alegre
y creíble.
El
Apóstol recomienda, además, reavivar continuamente el don que han
recibido por la imposición de manos. La conciencia de que todo es don,
todo es gracia, los ayuda a no caer en la tentación de ponerse en el
centro y de confiar sólo en ellos mismos. Uno no es obispo, presbítero o
diácono porque sea más inteligente o tenga más talentos que los demás,
sino en virtud del poder del Espíritu Santo y para el bien del santo
Pueblo de Dios. La actitud de un ministro no puede ser nunca autoritaria, sino misericordiosa, humilde y comprensiva.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España, Argentina, México, Guatemala, Chile y otros
países latinoamericanos. Invito a todos a dar gracias a Dios por las
personas que ejercen un ministerio de guía en la Iglesia y la hacen
crecer en santidad. Recemos para que sean siempre imagen viva del amor
de Dios. Muchas gracias.
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