16 de
agosto, 2013. (Romereports.com)
Casi
12.000 peregrinos llenaron la plaza exterior a la residencia pontificia de
Castel Gandolfo, para asistir a la misa con el Papa Francisco en la fiesta
de la Asunción de la Virgen María.
El Papa
salió por la misma puerta que el 28 de febrero se convirtió en la imagen del
final del pontificado de Benedicto XVI. En un altar provisional y vestido con
ornamentos sencillos, Francisco centró su homilía en la contribución de la
Virgen María a la Iglesia.
PAPA
FRANCISCO
“A la luz
de esta bellísima imagen de nuestra Madre, podemos considerar el mensaje de las
lecturas de la Biblia que acabamos de escuchar. Podemos concentrarnos sobre
tres palabras clave: lucha, resurrección, esperanza”.
El Papa
explicó que el primer término se refiere a la lucha entre el bien y el mal, y
cómo la Virgen juega un papel clave para orientarnos en esa batalla.
PAPA
FRANCISCO
“María
nos acompaña, lucha con nosotros. Sostiene a los cristianos en el combate
contra las fuerzas del mal. La oración a María, particularmente el Rosario.
Escuchad bien , ¡el Rosario! ¿Vosotros rezáis el Rosario todos los días? No
sé... ¿Seguro? Esta bien”.
El Papa
dijo que la Virgen compartió las luchas de su hijo, Jesucristo. Ella sufrió
con él, y por eso cuando Jesús resucitó, ella también nos mostró la
redención.
PAPA
FRANCISCO
“Nuestra
Madre también podemos decir, es nuestra representante, es nuestra
hermana, la primera hermana de los redimidos que ha llegado al cielo”.
A través
de ese sufrimiento y de la redención, la Virgen María es también la imagen más
característica de la esperanza, dijo el Papa. Está siempre cerca de los
que sufren en todo el mundo, y les ofrece esperanza para vencer en su lucha.
Tras la Misa
el Papa rezó el Ángelus y después permaneció en Castel Gandolfo durante el día.
Por la tarde visitó de forma privada la parroquia local y regresó al
Vaticano.
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