Reina
y Madre, Virgen pura, que sol y cielo pisáis, a vos sola no alcanzó la triste
herencia de Adán. ¿Cómo en vos, Reina de todos, si llena de gracia estáis, pudo
caber igual parte de la culpa original? De toda mancha estáis libre: ¿y quién
pudo imaginar que vino a faltar la gracia en donde la gracia está? Si los hijos
de sus padres Toman el fuero en que están, ¿cómo pudo ser cautiva quien dio a
luz la libertad? Amén.
ORACIÓN A MARÍA REINA
Dios
todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria
de tus hijos en el reino de los cielos. Reina dignísima del mundo, María Virgen
perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor,
Salvador de todos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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