DADO PARA LOS TIEMPOS DE LA TRIBULACIÓN
COMO REZAR EL SANTO ROSARIO
Para recitar el Rosario con verdadero
provecho se debe estar
en estado de gracia o por lo
menos tener la firme resolución
de renunciar al pecado.
1.
MIENTRAS SE SOSTIENE EL CRUCIFIJO
NOS HACEMOS LA SEÑAL DE LA CRUZ:
“Por
la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos,
líbranos
Señor + Dios Nuestro. En el Nombre + del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén”.
2.
LUEGO RECITAR EL CREDO.
CREDO DE
LOS APOSTOLES
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, y en Jesucristo su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne, y en la vida eterna. Amén.
Luego un PADRENUESTRO:
“Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre – venga a nosotros tu Reino – hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.
En cada decena se dice: "OH BUEN PASTOR",
y los
demás contestan: "Sé nuestro amparo
y nuestro refugio".
Al terminar cada decena se dice: "Yo soy el Buen Pastor y el Buen Pastor da la vida por sus ovejas".
Al terminar cada decena se dice: "Yo soy el Buen Pastor y el Buen Pastor da la vida por sus ovejas".
Se reza
un Padrenuestro y vuelve a empezarse como al principio.
Al terminar el Rosario se reza el Salmo 23.
Al terminar el Rosario se reza el Salmo 23.
SALMO 23
EL SEÑOR ES MI PASTOR
Él es mi Pastor: nada me puede faltar,
EL SEÑOR ES MI PASTOR
Él es mi Pastor: nada me puede faltar,
Ante mí está la mesa y la copa de Cristo;
recibí mejor que la unción de aceite sagrado,
la del Espíritu Santo (1 Juan 2,27);
espero, no el descanso de la
muerte,
sino el de la
resurrección junto al Padre.
SALMO 23
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En
prados de hierba fresca me hace reposar,
me
conduce junto a fuentes tranquilas
y
repara mis fuerzas.
Me guía
por el camino justo,
haciendo
honor a su Nombre.
Aunque
pase por un valle tenebroso,
ningún
mal temeré,
porque Tú
estás conmigo.
Tu vara
y tu cayado me dan seguridad.
Me
preparas un banquete
en
frente de mis enemigos,
perfumas
con ungüento mi cabeza
y mi copa
rebosa.
Tu amor
y tu bondad me acompañan
todos
los días de mi vida;
y
habitaré en la casa del Señor
por años sin término..
Nota: Este Rosario es parte de las oraciones de la Armadura Espiritual, grupo de oraciones que deben rezarse todos los días, sin embargo
este Rosario puede rezarse en forma individual.
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