2014-05-26
El rabino
jefe de Jerusalén recibió
al Papa junto al Muro occidental, también conocido como Muro de las
Lamentaciones. Se trata de la única pared que se conserva del Templo de
Jerusalén.
Con la
ayuda de maquetas le explicaron su historia y su significado.
Luego,
ante el Muro, el rabino rezó en hebreo un salmo que recuerda que
Jerusalén es una Ciudad Santa bendecida por Dios.
Después,
el Papa se acercó al Muro y rezó en silencio.
También
dejó allí una oración escrita de su puño y letra. En ella pide "al Dios de
Abraham, Isaac y Jacob, Dios de Jesús de Nazaret”, la paz para Jerusalén.
Cuando
acabó de rezar se le acercó su amigo el rabino argentino Abraham Skorka para
darle un emocionado abrazo.
Aunque no
se acercó al Muro, también fue testigo de la escena otro amigo del Papa, el
dirigente musulmán argentino Omar Abboud, que le acompaña en el séquito
oficial.
Tras el
intercambio de regalos, el Papa escribió un salmo y un mensaje en el libro de
visitas: "Con estos sentimientos de alegría y agradecimiento a mis
hermanos mayores, he venido a rezar y he pedido al Señor la gracia de la
paz”.
Antes de
despedirse, el rabino le dio la enhorabuena por su conocimiento de la religión
judía.
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