2014-03-03
En su
homilía diaria en Casa Santa Marta, el Papa pidió por las vocaciones,
para que los jóvenes escuchen y acepten la llamada de Dios.
Francisco
explicó que cuando el corazón se llena de otros intereses, la alegría se
convierte en tristeza y no hay deseo de demostrar la fe en Jesús.
PAPA
FRANCISCO
"Y
esta es la oración por las vocaciones: 'Señor, envíanos, envíanos monjas,
envíanos sacerdotes, defiéndelos de la idolatría, de la idolatría de la
vanidad, de la idolatría de la soberbia, de la idolatría del poder, de la
idolatría del dinero'. Y nuestra oración es para preparar a estos corazones
para poder seguir de cerca a Jesús".
La
intención misionera del Papa
Francisco para este mes, se dirige también a la vocación de jóvenes al
sacerdocio y a la vida consagrada.
EXTRACTO
DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente:
Radio Vaticana)
"Su corazón inquieto, porque el Espíritu Santo
lo empujaba a acercarse a Jesús y a seguirlo, era un corazón pleno y él no tuvo
la valentía de vaciarlo. E hizo su elección: el dinero. El corazón lleno de
dinero… Pero no era un ladrón, un reo: no, no ¡no! Era un hombre bueno que
nunca había robado, ¡nunca!¡Nunca había engañado! Era dinero honrado. Pero su
corazón estaba prisionero allí, estaba ligado al dinero y no tenía la libertad
para elegir. El dinero eligió por él”.
"Debemos rezar para que el corazón de estos
jóvenes pueda vaciarse, vaciarse de otros intereses, de otros amores, para que
el corazón se libere. Y esta es la oración por las vocaciones: ‘Señor,
mándanos, mándanos religiosas, mándanos sacerdotes, defiéndeles de la
idolatría, de la idolatría de la vanidad, de la idolatría de la soberbia, de la
idolatría del poder, de la idolatría del dinero’. Y que nuestra oración sea
para preparar estos corazones para poder seguir de cerca de Jesús”.
"Y la oración: ‘Ayuda, Señor, a estos jóvenes,
para que sean libres y no esclavos, para que tengan un corazón solo para ti’ y
así la llamada del Señor puede venir, puede dar fruto. Y esta es la oración por
las vocaciones. Debemos hacer muchas: rezar. Pero, siempre hay que estar
atentos: las vocaciones existen. Debemos ayudarlas para que crezcan, para que
el Señor pueda entrar en esos corazones y darles la alegría indecible y
gloriosa que tienen la persona que sigue de cerca de Jesús”.
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