¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

domingo, 15 de febrero de 2015

¿QUÉ ES EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?

AYUNO:

Disciplina espiritual por la que voluntariamente se renuncia a ciertos alimentos por un tiempo definido con el fin de liberarse de los apegos carnales;  para imitar los sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través de toda su vida terrena y poner todo el corazón en Dios.

El ayuno nos recuerda que la conversión afecta y debe afectar todas las áreas de nuestra vida.

ABSTINENCIA:

Es la virtud que consiste en privarse total o parcialmente de satisfacer los apetitos. La privación de determinados alimentos o bebidas, en cumplimiento de preceptos religiosos o de voto especial. Se puede aplicar a cualquier tipo de abstención, desde no tomar licor hasta la abstención sexual, como acto penitencial privado que se observa por un tiempo.

Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

LA IGLESIA RECOMIENDA EL AYUNO

(Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados.  El ayuno siempre ha sido y es parte de la ascética católica.
 No fue rechazado, como dicen algunos, por el Concilio Vaticano II.

La vida de los santos manifiesta el valor del ayuno y la importancia de integrarlo en una vida de caridad. Algunas comunidades religiosas han incluido el ayuno en su regla. 

La Virgen Santísima en varias apariciones (La Salette, Lourdes, Fátima) nos exhorta a la penitencia, práctica que en la tradición de la Iglesia incluye el ayuno. 

FUNDAMENTO BÍBLICO DEL AYUNO

El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4).

Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en sí mismo. 
El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral. 

«Más ahora todavía - oráculo de Yahvé - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.» Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque Él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. - Joel 2, 12-13

Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es más aceptable que el ayuno mezclado de contiendas.  Is 58, 4-7;  Zacarías 7, 5-10 .

No se rechazan el ayuno sino que lo sitúan en contexto. 

El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37:

"(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios

con ayuno y oraciones"

SIGNIFICADO DEL CARNAVAL AL INICIO DE LA CUARESMA

LUCHA ENTRE DON CARNAVAL Y DOÑA CUARESMA

La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.)

Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.

Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro o Nuevo Orleans.

CON EL "MIÉRCOLES DE CENIZA", INICIAMOS EL TIEMPO DE LA CUARESMA, DÍA DE AYUNO


¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?  

El MIÉRCOLES DE CENIZA, es el primer día de la Cuaresma en el  CALENDARIO LITÚRGICO CATÓLICO. 
El nombre oficial del MIÉRCOLES DE CENIZA es el "DÍA DE CENIZAS".

Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. 
El MIÉRCOLES DE CENIZA, es la respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua.

¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA CENIZA

La palabra ceniza, viene del latín "cinis", que significa producto de la combustión de algo por el fuego;  para ello, se queman las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior; esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada;
Se bendice la ceniza obtenida con agua bendita y se inciensa rezando 4 oraciones muy antiguas y se colocan sobre la cabeza o la frente de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial; utilizada  desde el Antiguo Testamento; 

Para los cristianos, la Ceniza, adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. 
   
¿PORQUE MIÉRCOLES?  

Cuando en el siglo IV, se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua; 
Para calcular la fecha de la Pascua se usaba el Computus, en domingo, el llamado domingo de "cuadragésima". 
Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno porque se excluían los Domingos, por ser los Domingos  "día de fiesta", al ser la celebración del día del Señor;  cuando en los siglos VI y VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal;  surgió un gran problema, por lo que en el siglo VII se le agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Wikipedia. 
    
¿CUÁNDO SE CELEBRA? 

Se celebra cuarenta días antes del inicio de Semana Santa, es decir, 40 días antes del DOMINGO DE RAMOS y cae en diferentes fechas del año cada año, teniendo en cuenta la fecha móvil de la celebración de la Pascua; por eso lo celebramos entre el 4 de febrero y el 10 de marzo. 

¿QUÉ SE HACE ÉSTE DÍA?

  Este día, es para los católicos día de ayuno y abstinencia, igual que los VIERNES DE CUARESMA Y EL VIERNES SANTO;  en éste día se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a la Eucaristía. 

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.
Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba.
En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad.  Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el Sacerdote nos signa con la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios.

La ceniza se le impone a los niños y a los adultos. 

¿QUÉ SE DEBE DECIR AL SIGNARSE?  

Mientras el Sacerdote o el Ministro Extraordinario de la Comunión impone la ceniza al feligrés, puede utilizar una de los siguientes textos Bíblicos:  

  1. Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida (Gén. 3, 19).
  2. Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás (Mc. 1, 15) 
  3. Arrepiéntete y cree en el Evangelio (Mc. 1, 15)   
Luego de signado en la frente, es costumbre dejarse la ceniza hasta que esta desaparezca por sí misma.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ÉSTA TRADICIÓN?  

Desde sus inicios, el pueblo de Israel, a Través de Abraham, reconoció ante Dios, ser de polvo y cenizas (Gen, 18, 27);  así mismo, utilizaron las ceniza como señal de sacrificio y de profundo arrepentimiento, como por ejemplo los ninivitas los ninivitas también usaron la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios. (Jonas 3,6).
  
Así mismo, en la Sagrada Biblia, en el Nuevo Testamento, como Jesús, también manifiesta que utilizar la ceniza es signo de duelo y arrepentimiento (Mt 11:21). 

Luego, en los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN EL JUEVES SANTO, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial" que representaba su deseos de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma.

Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el JUEVES SANTO.
 
Cuando estas prácticas cayeron en desuso entre los siglos VIII al X,
el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma se simbolizó  colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el BAUTISMO LA NOCHE DE PASCUA, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno. 

 Terminado el TIEMPO DE CUARESMA SE INICIA LA SEMANA SANTA


¿SE ENCUENTRA EN LA BIBLIA  TRADICIÓN DEL "MIÉRCOLES DE CENIZA"?  

En la Sagrada BIBLIA, encontramos numerosos relatos de personas que utilizan el polvo y la ceniza como símbolos de arrepentimiento y / o duelo; 
 
En el ANTIGUO TESTAMENTO tenemos los siguientes Libros: 
Génesis 18, 27;
2 Samuel 13, 19;
Daniel 9, 3;
Libro de Job 2, 8;
Libro de Ester 4, 1;
Jonas 3,6.

En el NUEVO TESTAMENTO, el Evangelio de San Mateo 11, 21. 
La tradición es que el signo de la cruz se hace en cenizas en la frente de una persona como un símbolo de identificación de la persona con Jesucristo.
Un concepto similar es mencionado en Apocalipsis 7,3;  9,4;  14,1;  22,4. 

SERVIR A JESÚS EN TODA PERSONA MARGINADA, INVITA EL PAPA A NEO CARDENALES, HOMILÍA DEL SANTO PADRE

Servir a la Iglesia, en modo tal que los cristianos – edificados por nuestro testimonio – no tengan la tentación de estar con Jesús sin querer estar con los marginados - RV
15/02/2015 10:29
(RV).- Este domingo por la mañana en la basílica de san Pedro el Papa Francisco preside la concelebración de la misa con los nuevos cardenales creados por él en el Consistorio del pasado sábado. En su homilía el Obispo de Roma ha recordado los tres conceptos claves que la Iglesia nos propone en la liturgia de la palabra de hoy: la compasión de Jesús ante la marginación y su voluntad de integración. El camino de la Iglesia es siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración, ha observado el Papa. En consecuencia -  subrayó-  la caridad no puede ser neutraindiferentetibia o imparcial. La caridad contagiaapasiona, arriesga y compromete. Porque la caridad verdadera siempre es inmerecidaincondicional y gratuita.  A los “queridos nuevos Cardenales”, el Santo Padre ha repetido también que ésta es la lógica de Jesús, éste es el camino de la Iglesia: no sólo acoger e integrar, con valor evangélico, aquellos que llaman a la puerta, sino ir a buscar, sin prejuicios y sin miedos, a los lejanos, manifestándoles gratuitamente aquello que también nosotros hemos recibido gratuitamente.
¡La disponibilidad total para servir a los demás es nuestro signo distintivo, es nuestro único título de honor! 
(RC-RV)

HOMILÍA DEL SANTO PADRE

«Señor, si quieres, puedes limpiarme…» Jesús, sintiendo lástima; extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio» (cf. Mc 1,40-41). La compasión de Jesús. Ese padecer con que lo acercaba a cada persona que sufre. Jesús, se da completamente, se involucra en el dolor y la necesidad de la gente… simplemente, porque Él sabe y quiere padecer con, porque tiene un corazón que no se avergüenza de tener compasión.

«No podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado» (Mc 1, 45). Esto significa que, además de curar al leproso, Jesús ha tomado sobre sí la marginación que la ley de Moisés imponía (cf. Lv 13,1-2. 45-46). Jesús no tiene miedo del riesgo que supone asumir el sufrimiento de otro, pero paga el precio con todas las consecuencias (cf. Is 53,4).

La compasión lleva a Jesús a actuar concretamente: a reintegrar al marginado. Éstos son los tres conceptos claves que la Iglesia nos propone hoy en la liturgia de la palabra: la compasión de Jesús ante la marginación y su voluntad de integración.
Marginación: Moisés, tratando jurídicamente la cuestión de los leprosos, pide que sean alejados y marginados por la comunidad, mientras dure su mal, y los declara: «Impuros» (cf. Lv 13,1-2. 45.46).

Imaginen cuánto sufrimiento y cuánta vergüenza debía sentir un leproso: físicamente, socialmente, psicológicamente y espiritualmente. No es sólo víctima de una enfermedad, sino que también se siente culpable, castigado por sus pecados. Es un muerto viviente, como «si su padre le hubiera escupido en la cara» (Nm 12,14).
Además, el leproso infunde miedo, desprecio, disgusto y por esto viene abandonado por los propios familiares, evitado por las otras personas, marginado por la sociedad, es más, la misma sociedad lo expulsa y lo fuerza a vivir en lugares alejados de los sanos, lo excluye. Y esto hasta el punto de que si un individuo sano se hubiese acercado a un leproso, habría sido severamente castigado y, muchas veces, tratado, a su vez, como un leproso.

La finalidad de esa norma de comportamiento era la de salvar a los sanos, proteger a los justos y, para salvaguardarlos de todo riesgo, marginar el peligro, tratando sin piedad al contagiado. De aquí, que el Sumo Sacerdote Caifás exclamase: «Conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera» (Jn 11,50).

Integración: Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios. Él, sin embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a plenitud (cf. Mt 5, 17), declarando, por ejemplo, la ineficacia contraproducente de la ley del talión; declarando que Dios no se complace en la observancia del Sábado que desprecia al hombre y lo condena; o cuando ante la mujer pecadora, no la condena, sino que la salva de la intransigencia de aquellos que estaban ya preparados para lapidarla sin piedad, pretendiendo aplicar la Ley de Moisés. Jesús revoluciona también las conciencias en el Discurso de la montaña (cf. Mt 5) abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, «que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1Tm 2,4). «Misericordia quiero y no sacrifico» (Mt 12,7; Os 6,6).

Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar al leproso, ha querido tocar, ha querido reintegrar en la comunidad, sin autolimitarse por los prejuicios; sin adecuarse a la mentalidad dominante de la gente; sin preocuparse para nada del contagio. Jesús responde a la súplica del leproso sin dilación y sin los consabidos aplazamientos para estudiar la situación y todas sus eventuales consecuencias. Para Jesús lo que cuenta, sobre todo, es alcanzar y salvar a los lejanos, curar las heridas de los enfermos, reintegrar a todos en la familia de Dios. Y eso escandaliza a algunos.
Jesús no tiene miedo de este tipo de escándalo. Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación, que se escandalizan de cualquier apertura, a cualquier paso que no entre en sus esquemas mentales o espirituales, a cualquier caricia o ternura que no corresponda a su forma de pensar y a su pureza ritualista. Él ha querido integrar a los marginados, salvar a los que están fuera del campamento (cf. Jn 10).

Son dos lógicas de pensamiento y de fe: el miedo de perder a los salvados y el deseo de salvar a los perdidos. Hoy también nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: a veces, la de los doctores de la ley, o sea, alejarse del peligro apartándose de la persona contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia, abraza y acoge reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la exclusión en anuncio.

Estas dos lógicas recorren toda la historia de la Iglesia: marginar y reintegrar. San Pablo, dando cumplimiento al mandamiento del Señor de llevar el anuncio del Evangelio hasta los extremos confines de la tierra (cf. Mt 28,19), escandalizó y encontró una fuerte resistencia y una gran hostilidad sobre todo de parte de aquellos que exigían una incondicional observancia de la Ley mosaica, incluso a los paganos convertidos. También san Pedro fue duramente criticado por la comunidad cuando entró en la casa de Cornelio, el centurión pagano (cf. Hch 10).

El camino de la Iglesia, desde el concilio de Jerusalén en adelante, es siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración. Esto no quiere decir menospreciar los peligros o hacer entrar los lobos en el rebaño, sino acoger al hijo pródigo arrepentido; sanar con determinación y valor las heridas del pecado; actuar decididamente y no quedarse mirando de forma pasiva el sufrimiento del mundo. El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre y difundir la misericordia de Dios a todas las personas que la piden con corazón sincero; el camino de la Iglesia es precisamente el de salir del propio recinto para ir a buscar a los lejanos en las “periferias” de la existencia; es el de adoptar integralmente la lógica de Dios; el de seguir al Maestro que dice: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan» (Lc 5,31-32).

Curando al leproso, Jesús no hace ningún daño al que está sano, es más, lo libra del miedo; no lo expone a un peligro sino que le da un hermano; no desprecia la Ley sino que valora al hombre, para el cual Dios ha inspirado la Ley. En efecto, Jesús libra a los sanos de la tentación del «hermano mayor» (cf. Lc 15,11-32) y del peso de la envidia y de la murmuración de los trabajadores que han soportado el peso de la jornada y el calor (cf. Mt 20,1-16).

En consecuencia: la caridad no puede ser neutra, indiferente, tibia o imparcial. La caridad contagia, apasiona, arriesga y compromete. Porque la caridad verdadera siempre es inmerecida, incondicional y gratuita (cf. 1Cor 13). La caridad es creativa en la búsqueda del lenguaje adecuado para comunicar con aquellos que son considerados incurables y, por lo tanto, intocables. El contacto es el auténtico lenguaje que transmite, fue el lenguaje afectivo, el que proporcionó la curación al leproso. ¡Cuántas curaciones podemos realizar y transmitir aprendiendo este lenguaje! Era un leproso y se hay convertido en mensajero del amor de Dios. Dice el Evangelio: «Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho» (Mc 1,45).

Queridos nuevos Cardenales, ésta es la lógica de Jesús, éste es el camino de la Iglesia: no sólo acoger y integrar, con valor evangélico, aquellos que llaman a la puerta, sino ir a buscar, sin prejuicios y sin miedos, a los lejanos, manifestándoles gratuitamente aquello que también nosotros hemos recibido gratuitamente. «Quien dice que permanece en Él debe caminar como Él caminó» (1Jn 2,6). ¡La disponibilidad total para servir a los demás es nuestro signo distintivo, es nuestro único título de honor!

En esta Eucaristía que nos reúne entorno al altar, invocamos la intercesión de María, Madre de la Iglesia, que sufrió en primera persona la marginación causada por las calumnias (cf. Jn 8,41) y el exilio (cf. Mt 2,13-23), para que nos conceda el ser siervos fieles de Dios. Ella, que es la Madre, nos enseñe a no tener miedo de acoger con ternura a los marginados; a no tener miedo de la ternura y de la compasión; nos revista de paciencia para acompañarlos en su camino, sin buscar los resultados del éxito mundano; nos muestre a Jesús y nos haga caminar como Él.

Queridos hermanos, mirando a Jesús y a nuestra Madre María, los exhorto a servir a la Iglesia, en modo tal que los cristianos – edificados por nuestro testimonio – no tengan la tentación de estar con Jesús sin querer estar con los marginados, aislándose en una casta que nada tiene de auténticamente eclesial. Los invito a servir a Jesús crucificado en toda persona marginada, por el motivo que sea; a ver al Señor en cada persona excluida que tiene hambre, que tiene sed, que está desnuda; al Señor que está presente también en aquellos que han perdido la fe, o que, alejados, no viven la propia fe; al Señor que está en la cárcel, que está enfermo, que no tiene trabajo, que es perseguido; al Señor que está en el leproso – de cuerpo o de alma -, que está discriminado. No descubrimos al Señor, si no acogemos auténticamente al marginado. Recordemos siempre la imagen de san Francisco que no ha tenido miedo de abrazar al leproso y de acoger aquellos que sufren cualquier tipo de marginación. En realidad, sobre el evangelio de los marginados, se descubre y se revela nuestra credibilidad.
(RC-RV)


SI EL MAL ES CONTAGIOSO, TAMBIÉN LO ES EL BIEN: PALABRAS DEL PAPA ANTES DEL REZO DEL ÁNGELUS

Un nuevo encuentro del Papa Francisco con los fieles a la hora del Ángelus dominical - OSS_ROM   15/02/2015 11:32

(RV).- Este domingo comentando el Evangelio del día, Francisco reflexionó sobre el episodio de la curación del leproso. Como es habitual ante una plaza de San Pedro llena de fieles y peregrinos, el Obispo de Roma nos recordó en esta oportunidad que Jesús toma de nosotros nuestra humanidad enferma y nosotros tomamos de Él su humanidad sana y sanadora. “Esto ocurre cada vez que recibimos con fe un Sacramento: el Señor Jesús nos ‘toca’ y nos dona su gracia”, “nos cura de la lepra del pecado”. 

(RC-RV)
PALABRAS DEL PAPA ANTES DEL REZO DEL ÁNGELUS
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos dias!

en estos domingos el evangelista Marcos nos está contando la acción de Jesús contra todo tipo de mal, a favor de los sufrientes en el cuerpo y en el espíritu: endemoniados, enfermos, pecadores…  
Él se presenta como aquel que combate y vence el mal en cualquiera lo encuentre. En el Evangelio de hoy (cfr Mc 1,40-45) ésta su lucha enfrenta un caso emblemático, porque el enfermo es un leproso. La lepra es una enfermedad contagiosa y despiadada, que desfigura a la persona, y que era símbolo de impureza: el leproso tenía que estar fuera de los centros habitados y advertir de su presencia a los pasantes. Estaba marginado de las comunidades civil y religiosa. Era como un muerto ambulante.

El episodio de la curación del leproso se desarrolla en tres breves pasajes:

la invocación del enfermo, la respuesta de Jesús, las consecuencias de la curación prodigiosa.  
El leproso suplica a Jesús «de rodillas» y le dice: «si quieres, puedes purificarme» (v. 40). Ante esta oración humilde y confiada, Jesús reacciona con una actitud profunda de su alma: la compasión, y compasión es una palabra muy profunda: compasión significa “padecer-con-el otro”.
El corazón de Cristo manifiesta la compasión paterna de Dios por aquel hombre, acercándose a él y tocándolo.  
Este detalle es muy importante. Jesús «extendió la mano y lo tocó … y en seguida la lepra desapareció y quedó purificado» (v. 41).

La misericordia de Dios supera toda barrera y la mano de Jesús toca al leproso. Él no se coloca a una distancia de seguridad y no actúa por poder, sino que se expone directamente al contagio de nuestro mal; y así precisamente nuestro mal se convierte en el punto del contacto: Él, Jesús, toma de nosotros nuestra humanidad enferma y nosotros tomamos de Él su humanidad sana y sanadora. Esto ocurre cada vez que recibimos con fe un Sacramento: el Señor Jesús nos “toca” y nos dona su gracia. En este caso pensamos especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, que nos cura de la lepra del pecado.

Una vez más el Evangelio nos muestra qué cosa hace Dios frente a nuestro mal: Dios no viene a “dar una lección” sobre el dolor; tampoco viene a eliminar del mundo el sufrimiento y la muerte; viene más bien a cargar sobre sí el peso de nuestra condición humana, a llevarlo hasta el fondo, para librarnos de manera radical y definitiva. Así Cristo combate los males y los sufrimientos del mundo: haciéndose cargo de ellos y venciéndolos con la fuerza de la misericordia de Dios.

Hoy, a nosotros, el Evangelio de la curación del leproso nos dice que, si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús, estamos llamados a convertirnos, unidos a Él, en instrumentos de su amor misericordioso, superando todo tipo de marginación. Para ser “imitadores de Cristo” (cfr 1 Cor 11,1) frente a un pobre o a un enfermo, no debemos tener miedo de mirarlo a los ojos y de acercarnos con ternura y compasión, y de tocarlo y de abrazarlo.  A menudo he pedido a las personas que ayudan a los demás, hacerlo mirándolas a los ojos, no tener miedo de tocarlos; que el gesto de ayuda sea también un gesto de comunicación: también nosotros tenemos necesidad de ser acogidos por ellos. Un gesto de ternura, un gesto de compasión … Yo les pregunto: ustedes, cuando ayudan a los demás, ¿los miran a los ojos? ¿Los acogen sin miedo de tocarlos? ¿Los acogen con ternura? Piensen en esto: ¿cómo ayudan, a la distancia o con ternura, con cercanía? Si el mal es contagioso, también lo es el bien. Por lo tanto, es necesario que abunde en nosotros, cada vez más, el bien. Dejémonos contagiar por el bien y  ¡contagiemos el bien!

(Traducción del italiano: Raúl Cabrera, Radio Vaticano).

SALUDOS DESPUÉS DEL ÁNGELUS DOMINICAL
(RV).- Después de rezar el ángelus, el Papa Francisco dirigió ante todo su deseo de serenidad y paz a todos los hombres y mujeres de Extremo Oriente y de diversas partes del mundo que se preparan a celebrar el año nuevo lunar.
Como explicó el mismo Pontífice, estas festividades les ofrecen la feliz ocasión de redescubrir y de vivir de modo intenso la fraternidad, que es  vínculo precioso de la vida familiar y cimiento de la vida social. Y manifestó su deseo de que este regreso anual a las raíces de la persona y de la familia ayude a esos pueblos a construir una sociedad en la que se entrelazan relaciones interpersonales orientadas al respeto, a la justicia y a la caridad.
Además, el Papa Bergoglio saludó a los fieles romanos y peregrinos, especialmente a quienes viajaron a Roma para asistir al Consistorio y para acompañar a los nuevos Cardenales y agradeció la presencia de las delegaciones oficiales de diversos países que han querido estar presentes en este evento.
De los demás grupos presentes en la Plaza de San Pedro que también recibieron el saludo del Santo Padre destacamos los peregrinos procedentes de San Sebastián, Campo de Criptana, Orense, Pontevedra e Ferrol; los estudiantes de Campo Valongo y Oporto, en Portugal, y los procedentes de París, así como los miembros del Foro de las Instituciones Cristianas de Eslovaquia; los fieles holandeses de Buren; los militares estadounidenses procedentes de Alemania y las comunidades de venezolanos residentes en Italia.
Por último, al saludar a los jóvenes de diversas localidades italianas, muchos de ellos grupos escolares y de catequesis el Pontífice los animó a ser testigos gozosos y valerosos de Jesús en la vida de cada día.
Y tras desear a todos feliz domingo, el Santo Padre, como es costumbre, pidió a todos que por favor no se olviden de rezar por él, a lo que añadió su clásico “¡buen almuerzo y hasta la vista”!
(María Fernanda Bernasconi - RV).

miércoles, 11 de febrero de 2015

CUATRO ADULTOS, CRIADOS POR PAREJAS HOMOSEXUALES, TESTIFICAN CONTRA EL “MATRIMONIO” HOMOSEXUAL

 Edificio de la Corte de Apelaciones del 5° Circuito

Los cuatro expresan frustración por la falta de uno de sus padres biológicos y miedo por los ataques que han sufrido del lobby homosexual
 
Nueva Orléans, 21 de enero de 2015 (AIP) La Corte de Apelaciones del 5° circuito de los Estados Unidos está considerando la posibilidad de tumbar las leyes de 3 estados que prohíben los “matrimonios” entre personas del mismo sexo, y cuatro adultos, criados por parejas homosexuales, han presentado conceptos a la corte, argumentando que las uniones homosexuales, sancionadas por el gobierno, pueden llevar al desastre a miles de niños.

Katy Faust, Dawn Stefanowicz, B.N. Klein, y Robert Oscar Lopez, que fueron todos criados por padres homosexuales, presentaron sus informes al 5° circuito, oponiéndose a la legalización del “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Contando sus memorias de la infancia, sobre hogares profundamente disfuncionales por los apetitos sexuales de sus padres, y la subcultura radical que implicaba sus identidades “gay”, los cuatro afirman que redefinir el matrimonio para incluir a las parejas homoseuales terminará conduciendo a la explotación y abuso de incontables niños por pura ganancia política y personal.

“Crecí con un padre y sus parejas en una atmósfera en la que la ideología gay fue usada como una herramienta de represión, retribución y abuso,” escribió B.N. Klein sobre su madre lesbiana y su serie de amantes con las que cohabitó. “He visto a esos niños en hogares gay convertidos a menudo en accesorios de mostrar, para probar que las familias gay son iguales que las heterosexuales.”

“Si bien yo no creo que todos los padres gay serían de facto malos padres, sé que la comunidad gay, en lo que llevo de vida, nunca ha puesto a los niños primero, como cosa distinta a una pieza de propiedad, un error pasado, o una herramienta política para ser vestida y mostrada como parte de un espectáculo para impresionar a los bien intencionados,” escribió Klein. Ella agregó que como hija de una madre lesbiana, fue presionada a prestar “atención y homenaje constante” a la identidad gay de su madre, y se le enseñó que “algunos judíos y la mayoría de los cristianos eran estúpidos y odiaban a los gays, y eran violentos,” y se le dijo que los homosexuales eran “mucho más creativos y artísticos a causa de que no se reprimían y eran naturalmente más ‘sensibles’.”

Mientras Klein clasificó su crianza como abusiva, Robert Oscar Lopez dijo a la corte que su propia infancia, criado por su madre y su compañera permanente, representa las “mejores condiciones posibles para un niño criado por una pareja del mismo sexo.” Aún así, López testificó que la falta de una figura paterna en su vida, combinada con la influencia de la cultura gay radical en la que fue criado, dio paso a una confusión devastadora sobre su propia sexualidad y al final lo llevó a la prostitución homosexual en su adolescencia para llenar su ansia de aceptación y amor por hombres mayores.

“Habiendo sido estudiado formalmente por ‘expertos’ en homoparentalidad en 1985, yo habría confirmado sus estimaciones halagüeñas sobre la vida familiar LGBT,” escribió López. “Pero detrás de esas fachadas de un ‘resultado’ feliz, se escondían muchos problemas.”

“Experimenté una gran crisis de confusión sexual,” escribió López. “Tenía una compulsión inexplicable a tener sexo con hombres mayores … y quería tener sexo con hombre mayores que tuvieran la edad de mi padre, aunque entonces yo difícilmente podía entender lo que estaba haciendo.”

“El dinero que recibí por sexo, ciertamente me ayudó financieramente porque me permitió ciertos gastos que estaban más allá de lo que ganaba con mi trabajo de joven en una pizzería y en la clínica psiquiátrica de mi madre. Pero el dinero no era tan impactante como el hecho de que necesitaba sentirme amado y querido por una figura masculina mayor, aún si fuera solamente por una media hora.”
López dijo que él ha hablado con docenas de otros adultos hijos de homosexuales, y que muchos de ellos tienen historias similares de dolor y daño infligido por la ausencia de un padre biológico y la no deseada relación de “padrastro” reclamada por el amante de sus padres homosexuales. López incluyó testimonios de nueve de ellos en su concepto, pero dijo que había muchos más que tenían miedo de hablar por temer que el lobby homosexual podría señalarlos de acoso, tal como hicieron con López mismo.

“Niños criados por parejas del mismo sexo enfrentan un manotazo si ellos rompen el silencio sobre el consenso de ‘no desventajas’,” escribió Lopez, luego de narrar cómo los activistas homosexuales acosaron a sus empleadores y difundieron mentiras sobre él en internet luego de que él se expresó sobre sus propias experiencias de la infancia como el hijo de una lesbiana. “En ese clima, debo concluir que poner a los niños en los hogares de parejas del mismo sexo es peligroso, porque ellos no tienen espacio o latitud para expresar sus sentimientos negativos sobre perder una madre o un padre,  y de hecho, ellos tienen mucho que temer si lo hacen.”

Katy Faust también testificó que los hijos de homosexuales son intimidados a callar por activistas homosexuales que los amenazan con vergüenza pública, interferencia en su trabajo, y cosas peores por atreverse a hablar contra el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

“Algunos adultos con padres gay, rehuyen a expresar su pensamiento sobre el matrimonio porque no quieren poner en peligro su relación con aquellos a quienes nuestros corazones están ligados,” escribió Faust. “Desafortunadamente, muchos lobbistas pro matrimonio gay han hecho de esa agenda la única insignia de lealtad a nuestra familia y amigos LGBT.”
“El rótulo de intolerante u odiador se han vuelto herramientas muy poderosas y efectivas para callar a aquellos de nosotros que decidimos no apoyar la plataforma de muchos lobbistas gay,” continuó Faust. “Por mucha de mi vida adulta me contenté con guardarme mis opiniones sobre el matrimonio para mí misma. Estaba (y todavía lo estoy) cansada de la acusación de que yo era intolerante y anti-gay por mi creencia en el matrimonio natural.”

“Por muchos años, esos instrumentos me mantuvieron callada,” admitió Faust. “No veía un lugar en donde pudiera compartir mis opiniones. Pero comencé a darme cuenta que mi silencio, y el silencio de otros, ha permitido que la discusión sea dominada por aquellos que claman que sólo la animosidad, la ignorancia o el adoctrinamiento pueden llevar a alguien a oponerse al ‘matrimonio igualitario’.”
Faust dijo que su franqueza contra el “matrimonio” homosexual nace de su creencia de que cada niño tiene el derecho a una relación con su madre y su padre.

“Cuando institucionalizamos el matrimonio homosexual … pasamos de permitir a los ciudadanos la libertad de vivir como quieran, a promover los hogares del mismo sexo,” escribió Faust. “Ahora estamos normalizando una estructura familiar en la que un niño siempre será privado diariamente de la influencia de uno de los sexos y la relación con al menos un padre biológico. Nuestra narrativa cultural se vuelve aquella en que, en esencia, dice a los niños que ellos no tienen derecho a una estructura familiar natural o a sus padres biológicos, sino que los niños meramente existen para la satisfacción de los deseos de los adultos.”
Dawn Stefanowicz hizo eco de los sentimientos de los otros tres, en un testimonio franco y gráfico sobre su infancia con un padre homosexual promiscuo que más tarde murió de SIDA.

“Es algo difícil discutir las implicaciones de crecer en un hogar gay hasta tarde en la adultez cuando hemos desarrollado una medida de la identidad personal e independencia de nuestro padre LGBT, compañeros y la subcultura,” escribió Stefanowicz. “A menudo somos forzados a aprobar y tolerar todas las formas de expresión sexual, incluyendo varias preferencias sexuales e identidades de género.”

“Como niños, no se nos permite expresar nuestro desacuerdo, dolor y confusión,” escribió Stefanowicz. “La mayoría de los adultos de hogares gay no se sienten seguros o libres para expresar sus historias y retos para toda la vida; sienten miedo de perder licencias profesionales, no conseguir empleo o perder cualquier relación que tengan con sus padres gay. Algunos padres gay han amenazado con dejarlos sin herencia, si los hijos no aceptan al compañero del día de su padre.”
“Los grupos de ‘interés especial LGBT’ y los autodenominados ‘grupos de apoyo para niños’ en ocasiones actúan o funcionan como fachada de un lado mucho más oscuro que calla, intimida y amenaza a los niños que quieren compartir la verdad, permitiendo oír sólo una versión políticamente correcta de nuestras infancias.” continuó Stefanowicz. “Estos grupos apoyan objetivos políticos y legales hacia el matrimonio homosexual, ignorando la horrenda inequidad, las pérdidas permanentes y el perjuicio a los niños, en nombre de los derechos sexuales de los adultos. Los niños pierden para siempre el derechos de conocer y ser criados por el matrimonio de su padre y su madre biológicos.”

Un panel de tres jueces del 5° Circuito de los Estados Unidos escucharon los argumentos orales sobre la legalidad de la prohibición estatal del “matrimonio” entre personas del mismo sexo. Sin embargo, pueden pasar meses antes de que lleguen a tomar una decisión.

Con información de LifeSiteNews