2014-04-24
Juan
XXIII se ganó rápidamente el sobrenombre de "Papa bueno”. Así lo
percibían los cristianos de a pie y las personas que lo trataron de cerca.
Junto a las grandes empresas, como el Concilio Vaticano II, llevó a cabo
sencillos gestos que perduran y que también han cambiado la Iglesia.
TRADICIONES
PARA LA HISTORIA
Cambios
sencillos pero de calado, como el rezo público del Ángelus los domingos. El
Papa bueno instauró esta tradición de rezar desde la ventana del Palacio
Apostólico y dedicar una pequeña catequesis a los peregrinos.
CERCA DE
LAS PERSONAS
Siempre
intentó estar cerca de la gente, como Papa y como obispo. Fue el primer
pontífice que salió de las murallas vaticanas y visitó las parroquias de Roma.
También fue a hospitales y cárceles. Incluso en ocasiones esquivaba a la
Gendarmeria vaticana para salir solo o con uno de sus secretarios.
UN NOMBRE
ÚNICO
Juan
XXIII tuvo el coraje de tomar el nombre de un usurpador y transformarlo. Hubo
un antipapa en el siglo XV que se llamó Juan XXIII. El cardenal Roncalli no
tuvo miedo de usar el nombre que había manipulado un impostor y que se evitó
durante 500 años.
BUSCÓ LA
PAZ
Fue
testigo de dos guerras mundiales. Como resultado, dos regímenes políticos
opuestos dividieron al mundo. Juan XXIII se dio cuenta de que era necesario
tender puentes e intercambió cartas con mandatarios como Kruschew, el líder de
la Unión Soviética.
MENSAJES
PARA TODOS LOS HOMBRES
Dirigió
por primera vez una encíclica a "todos los hombres de buena voluntad” no
sólo a los católicos. Fue "Pacem in terris”, un vivo alegato contra la
guerra en el que reivindicaba que el conflicto armado no podía ser usado como
un instrumento para buscar justicia.
RENOVÓ LA
CURIA
A los
pocos meses de ser designado Papa, Juan XXIII convocó un consistorio para la
creación de nuevos cardenales y más de la mitad eran no italianos. Rejuveneció
la Curia y también creó por primera vez cardenales a un japonés, un africano,
un filipino y un venezolano.
CONCILIO
VATICANO II
Sin duda,
la mayor revolución de Juan XXIII fue el Concilio Vaticano II. Una reunión de
todos los obispos del mundo para estudiar la situación de la Iglesia. Un Papa
anciano, considerado de transición, fue capaz de llevar a cabo uno de los
cambios más profundos en la Iglesia de nuestro tiempo.
ECUMENISMO
Precisamente
al Concilio Vaticano II invitó, como observadores, a musulmanes, indios
americanos y a miembros de todas las Iglesias cristianas. Trabajó por el
diálogo entre los cristianos de todas las confesiones. Puso en marcha el primer
organismo vaticano destinado a promover la unidad de los cristianos.
Como
sucedió con Juan Pablo II, miles de personas rindieron su último homenaje a
Juan XXIII cuando falleció. Y al igual que con el Papa Wojtyla también con el
Papa Roncalli se entonó el "santo súbito”. Ambos serán elevados
juntos a los altares y quedará escrito un capítulo más en la historia común de
estos dos Papas pues fue Juan Pablo II quien beatificó a Juan XXIII en el año
2000.
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