Publicado el 11/04/2014
"Todos
somos tentados, porque la ley de la vida espiritual,
de nuestra vida cristiana,
es una lucha: una lucha.
Porque el príncipe de este mundo -- el diablo -- no
quiere nuestra santidad, no quiere que nosotros sigamos a Cristo.
Alguno de
ustedes, tal vez, no sé, podría decir:
'Pero, Padre, ¡qué antiguo es usted:
hablar del diablo en el Siglo XXI!'. Pero ¡miren que el diablo existe! El
diablo existe.
¡También en el Siglo XXI! Y no debemos ser ingenuos, ¡eh!
Debemos aprender del Evangelio cómo se hace para luchar contra él".
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