2017-01-25
Cuando el Papa se acerca a los peregrinos ocurren los momentos más
divertidos de las audiencias generales. Este miércoles le detuvo este grupo de
brasileños para cantarle una canción.
Otros intentaron detenerlo para que bendijera a sus hijos, aunque esta pequeña
se asustó con la experiencia.
Luego en su catequesis el Papa habló de la tentación
de poner condiciones a Dios para obligarlo a que resuelva
nuestros problemas exactamente como nosotros queremos.
FRANCISCO
"Pedimos al
Señor vida, salud, cariño, felicidad; y es justo hacerlo, pero con la seguridad
de que Dios sabe sacar vida también de la muerte, que se puede experimentar paz
también en la enfermedad, que puede haber serenidad también en la soledad, y alegría
en el llanto”.
El Papa recordó la historia bíblica de Judit. La ciudad estaba rodeada
por el ejército de Nabucodonosor y los jefes dieron cinco días a Dios para
ayudarles antes de entregarse. Pero esta pobre viuda les convenció
de que Dios es un padre bueno y que sabe mejor que los hombres
lo que nos hace falta.
FRANCISCO
"Si hacemos un
poco de memoria... ¡cuántas veces hemos escuchado palabras sabias, consejos
valientes de personas sencillas, de mujeres humildes que uno cree que no saben
nada! Sin despreciarlas, pero las ve ignorantes. Pero son palabras de sabiduría
de Dios. Las palabras de las abuelas. ¡Cuántas veces dicen la palabra justa, la
palabra de esperanza!, porque tienen la experiencia de la vida, han sufrido
tanto, se han fiado de Dios. Y el Señor les da este don de darnos consejos de
esperanza”.
Fue una audiencia general que contó con un participante inesperado, el actor y político Arnold Schwarzenegger. O quién
sabe, quizá era un Terminator del futuro que llegaba al Vaticano con un mensaje
para el Papa.
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