Durante
la audiencia general el Papa explicó la parábola de
la viuda que consigue que un juez injusto la ayude gracias a su
insistencia.
Dijo que
con Dios hay que hacer lo mismo; ser insistentes y perseverar en la
oración porque Él "escucha siempre”. Al mismo tiempo
recordó que la oración no es una "varita mágica” para resolver problemas
sino un modo de acercarnos a Dios. Él cumplirá los deseos de sus hijos de la
forma que mejor les convenga.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS DEL PAPA
"Queridos
hermanos y hermanas
En la parábola que hemos escuchado,
Jesús nos indica la necesidad de orar siempre sin desfallecer. Del ejemplo de
la viuda, una persona desvalida y sin defensor, el Señor saca una enseñanza: si
ella, con su insistencia, consiguió obtener de un juez injusto lo que
necesitaba, cuánto más Dios, que es nuestro padre bueno y justo, hará justicia
a los que se la pidan con perseverancia, y además lo hará sin tardar.
La perseverancia expresa una confianza
que no se rinde ni se apaga. Como Jesús en Getsemaní, tenemos que orar
confiándolo todo al corazón del Padre, sin pretender que Dios se amolde a
nuestras exigencias, modos o tiempos, esto provoca cansancio o desánimo, porque
nos parece que nuestras plegarias no son escuchadas. Si, como Jesús, confiamos
todo a la voluntad del Padre, el objeto de nuestra oración pasa a un segundo
plano, y se manifiesta lo verdaderamente importante: nuestra relación él. Este
es el efecto de la oración, transformar el deseo y modelarlo según la voluntad
de Dios, aspirando sobre todo a la unión con él, que sale al encuentro de sus
hijos lleno de amor misericordioso.
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