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PRIMER DÍA 
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura
  celestial, tu puro radiante esplendor! 
 
  EL ESPÍRITU SANTO 
  Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa
  hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia,
  debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza
  y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e
  inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos
  invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de
  nuestra flaqueza.  
Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene;  
más el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26). 
   
   
ORACIÓN 
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con
  el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados,
  permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el
  Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de
  Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el
  Espíritu del Santo Temor. Amén. 
  
Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7
  veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  (Se reza diariamente durante la novena) 
   
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar.
  "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  (Se reza diariamente durante la novena) 
 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu
  de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y
  aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para
  iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para
  que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el
  Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y
  sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo
  y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad
  para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de
  Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que
  tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
SEGUNDO DÍA 
  ¡Ven,
  Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. 
Ven, Luz de todo lo que vive! 
  EL DON DEL TEMOR 
  El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y
  nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor
  que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de
  reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio
  de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún
  modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y
  en su presencia se humillan” (Ecl 2,17). 
  
ORACIÓN 
¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de
  mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre,
  ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor
  ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y
  reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no
  tiene fin. Amén. 
  
Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7
  veces Gloria. 
  
ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
TERCER DÍA 
Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado,
  da la gracia de la placentera paz. 
EL DON DE PIEDAD 
  El DON DE PIEDAD suscita en
  nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo
  Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a
  Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su
  Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres
  y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de
  Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como
  deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo. 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh Bendito Espíritu de
  Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios
  que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta
  amorosamente a toda legítima autoridad. Amén. 
  
Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7
  veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
CUARTO DÍA 
Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor,  
solaz en medio de la miseria. 
EL DON DE FORTALEZA 
Por el DON
  DE FORTALEZA el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta
  el final el desempeño de una obligación. 
La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso
  y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a
  enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar
  sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. 
“El que persevere hasta el fin,
  ese se salvará”(Mt 24,13). 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh ESPÍRITU DE FORTALEZA,
  alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sosten mis esfuerzos de
  santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis
  enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi
  máximo Bien. Amén 
 
  Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7 veces Gloria. 
  
ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
QUINTO DÍA 
¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! 
 ¡Visita estos corazones tuyos y
  llena nuestro más íntimo ser! 
 EL DON DEL CONOCIMIENTO 
El DON DEL
  CONOCIMIENTO permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor
  en su relación con Dios. 
El conocimiento desenmascara la simulación de las
  creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como
  instrumentos al servicio de Dios. 
Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la
  adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. 
Guiados por su luz damos prioridad a las cosas
  que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. 
“El conocimiento es fuente de
  vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22). 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda
  percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la
  tierra, 
que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu Gloria y mi propia
  salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos.
  Amén. 
 
  Orar un Padrenuestro y un Avemaría. 
Decir 7 veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
SEXTO DÍA 
Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, 
todo lo que es bueno se volverá enfermo. 
EL DON DEL ENTENDIMIENTO 
El ENTENDIMIENTO,
  como Don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las
  verdades de nuestra Santa Religión. 
Por la fe las conocemos, pero por el
  entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar
  el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas,
  avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e
  inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en
  nosotros. Comenzamos a “caminar
  dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento
  de Dios”. 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh Espíritu de ENTENDIMIENTO, e ilumina nuestras mentes, que
  podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, 
y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz
  de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén. 
 
  Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7 veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos,
  dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma
  la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
SÉPTIMO DÍA 
Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza.  
En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa. 
EL DON DE CONSEJO 
El DON DE
  CONSEJO dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con
  prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias
  difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el
  Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso
  de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores
  públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural,
  un tesoro invalorable en el tema de la salvación. 
“Y por encima de todo esto,
  suplica al Altísimo para que 
enderece tu camino en la
  verdad” (Ecl 37,15). 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh ESPÍRITU DE CONSEJO, ayúdame y guíame en todos mis caminos
  para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es
  bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus
  Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén. 
 
  Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7 veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
OCTAVO DÍA 
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado,  
calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado! 
EL DON DE SABIDURÍA 
Abarcando a todos los otros dones, como la
  caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de
  los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo
  lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de
  sus manos”. 
Es el DON
  DE LA SABIDURÍA el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza,
  perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto
  grado. 
La SABIDURÍA ilumina la mente para discernir y
  apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su
  sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a
  las palabras del Salvador: “Toma tu
  cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”. 
  
ORACIÓN 
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las
  cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas
  sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de
  la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén. 
 
  Orar un Padre Nuestro y un Avemaría. Decir 7 veces Gloria. 
 
  ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
  De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en
  alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu
  Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú
  eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no
  contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi
  corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de
  mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar
  tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me
  entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad.
  Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y
  confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto,
  te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia,
  que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del
  Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo
  escucha!". Amén. 
 
  ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO 
  Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al
  Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y
  discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él
  perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. 
Concédeme el Espíritu de
  Sabiduría para
  que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las
  cosas que son eternas, el Espíritu de
  Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
  siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que
  pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
  que se opongan a mi salvación, el
  Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí
  mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda
  encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
  reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. 
Márcame, amado Señor, con la señal de tus
  verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén. 
  
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