¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

viernes, 6 de septiembre de 2013

PAPA A LÍDERES MUNDIALES: ABANDONAD LA HIPÓTESIS DE INTERVENCIÓN MILITAR EN SIRIA TEXTO COMPLETO DE LA CARTA DEL PAPA

5 de septiembre de 2013. (Romereports)
El Papa está dedicando todas sus energías a evitar un ataque militar a Siria. Por eso, ha escrito un fuerte texto a los líderes del G20 que se reunirán en las próximas horas en San Petersburgo, Rusia. Francisco lamenta que desde que comenzó el conflicto en Siria “intereses particulares” han impedido encontrar una “solución que evitara la masacre inútil a la que estamos asistiendo”.  

TEXTO COMPLETO DE LA CARTA DEL PAPA

A Su Excelencia
Sr. Vladimir Putin
Presidente de la Federación Rusa

En el transcurso de este año, usted tiene el honor y la responsabilidad de presidir sobre el Grupo de las economías más grandes del mundo. Soy consciente de que la Federación Rusa ha participado en este grupo desde el comienzo y que siempre ha jugado un rol positivo en la promoción de un buen manejo de las finanzas mundiales, las cuales se han visto muy afectadas por la crisis del 2008.

El contexto actual de fuerte interdependencia -escribe el pontífice- exige un marco financiero global, con sus propias reglas justas y claras, para conseguir un mundo más ecuo y solidario, donde se puede acabar con el hambre, ofrecer a todos un trabajo digno, una vivienda adecuada y la atención médica necesaria . Su presidencia del G20 este año ha asumido el compromiso de consolidar la reforma de los organismos financieros internacionales y alcanzar un consenso sobre las normas financieras adaptadas a las circunstancias de hoy. Sin embargo, la economía mundial crecerá realmente en la medida en que sea capaz de permitir una vida digna para todos los seres humanos, desde los ancianos a los niños aún en el seno materno; no sólo a los ciudadanos de los países miembros del G-20, sino a cada habitante de la tierra, incluso a aquellos que se encuentran en las situaciones sociales más difíciles o en los lugares más remotos”.

En esta óptica, es evidente que en la vida de los pueblos los conflictos armados son siempre la negación deliberada de cualquier posible concordia internacional y crean divisiones profundas y dolorosas heridas que tardan muchos años en cerrarse. Las guerras constituyen el rechazo práctico de esforzarse para alcanzar los grandes objetivos económicos y sociales que la comunidad internacional se ha dado, que son , por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desafortunadamente, los numerosos conflictos armados que aún asolan al mundo ponen cada día ante nuestros ojos, un cuadro dramático de miseria, hambre, enfermedad y muerte. De hecho, sin paz no hay ningún tipo de desarrollo económico. La violencia nunca trae la paz, condición necesaria para tal desarrollo.

La reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de las veinte economías más grandes , que representan dos tercios de la población y el 90 % del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como su principal objetivo. Sin embargo, no puede dejar de reflexionar sobre la situación en Oriente Medio y especialmente en Siria. Por desgracia, duele constatar que demasiados intereses de parte han prevalecido desde el comienzo del conflicto sirio, impidiendo encontrar una solución que evitase la inútil masacre de la que estamos siendo testigos. Los líderes de los países del G-20 no permanezcan inertes ante el drama que vive desde hace ya demasiado tiempo la querida población y que corre el peligro de acarrear nuevos sufrimientos a una región sometida a duras pruebas y necesitada de paz. A todos y cada uno de ellos, lanzo un apremiante llamamiento para que ayuden a encontrar maneras de superar los diferentes contrastes y abandonen toda pretensión vana de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo compromiso de buscar con valentía y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes interesadas con el apoyo unánime de la comunidad internacional. Por otra parte, es un deber moral de todos los gobiernos del mundo alentar toda iniciativa para promover la asistencia humanitaria a las personas que sufren a causa del conflicto dentro y fuera del país.

Señor Presidente, esperando que estos pensamientos sean una válida contribución espiritual a su reunión, rezo por un resultado exitoso del trabajo del G20 en esta ocasión. Invoco una abundancia de bendiciones sobre la cumbre en San Petesburgo, sobre los participantes y los ciudadanos de los países miembros, y sobre el trabajo y esfuerzo de Rusia, el país presidente del G20 en el 2013.

Pidiendo sus oraciones, aprovecho esta oportunidad para asegurarle, señor presidente, mi más alta estima hacia usted.

Del Vaticano, 4 de septiembre de 2013

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