“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO:
LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN:
PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA,
TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO,
Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…".
"ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN;
NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA.
¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE?
¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO?
¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA?
¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?.
QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …”
Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.
domingo, 31 de marzo de 2013
TRES DE LA TARDE HORA DE TU DIVINA MISERICORDIA
QUÉ SIGNIFICA LA IMAGÉN DE LA DIVINA MISERICORDIA?
El primer
elemento de la DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICOR día que fue revelado a la Hermana
Faustina fue la Imagen, el 22 de Febrero
del 1931. Jesús se le aparece con rayos de luz irradiando desde su Corazón
y le dice:
"Pinta una imagen según el modelo que vez, y firma:
"Jesús, en ti confío".
Deseo que esta imagen sea venerada primero en
su capilla y luego en el mundo entero." (Diario
47)
"Prometo
que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la
tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerta.
Yo Mismo la defenderé como Mi gloria." (Diario 48)
"Ofrezco a los hombres un recipiente con el
que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias.
Este recipiente es esta imagen con la firma:
Jesús en Ti confío".
(Diario
327)
Jesús se
apareció a Santa Faustina con unos rayos rojos y otros de tono pálido saliendo
del área de Su corazón.
Con la mano derecha levantada
para bendecir, recordando la escena de la noche del Domingo de Pascua (ver Jn 20, 19-23). (Diario, 47,
48, 49)
"Los
dos rayos significan la Sangre y el Agua.
El rayo
pálido simboliza el Agua que justifica las almas.
EL rayo
rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…".
"Ambos
rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi
Corazón agonizado fue abierto en la cruz por la lanza."
"Estos
rayos protegen a las almas de la indignación Mi Padre. Bienaventurado quien
viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios." (Diario
299)
"No en la belleza del color, ni en la
del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia." (Diario 313)
"A
través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas, ella ha de recordar
a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por
fuerte que sea, es inútil." Diario (742)
En estos textos se explica la doctrina de la Iglesia en cuanto a imágenes, la justificación y la gracia.
Primero, por si sola una imagen es meramente
una pintura, no importa cuán hermosa y expresiva. Sin embargo, puede señalarnos
los misterios de la fe y disponernos a recibir aquello que representan, en este
caso la DIVINA MISERICORDIA.
Es por tanto el recipiente, no la
fuente, un recordatorio, no la realidad. Esta realidad es la fuente
misericordiosa de gracias que mana del Corazón traspasado de Cristo en la Cruz,
y que mana visiblemente para representar lo visible, es decir lo sacramental,
los signos de gracia, el Bautismo y la Eucaristía, representando todos los
sacramentos de la Iglesia. Por ende, San Juan en su primera epístola insiste en
la presencia de lo invisible con lo visible, el Espíritu con el Agua y la
Sangre.
La imagen también nos recuerda que la
salvación no es sólo por la fe, pero por obras y caridad también. Hay que tener
fe para ver y creer en lo que significa la Imagen, la DIVINA MISERICORDIA derramándose
de Cristo en la Cruz, pero hay que ser misericordioso, el amor que va más allá
los estrictos requisitos de la justicia, para atraer la Misericordia hacia sí
mismo. “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden" (Mt 7:2).
La imagen del costado traspasado de
Jesús derramando sangre y agua nos recuerda que la Cruz, el amor en acción es
el precio de la misericordia. “Que, como yo os he amado, así os améis los
unos a los otros." (Jn 13:34)
CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS A LA DIVINA MISERICORDIA
Oh Dios Uno y Trino, fuente inextinguible de Vida que es la Luz de
los hombres, Padre Creador, Hijo Redentor, Espíritu Santo Santificador!
Nuestra familia se postra ante ti en esta hora de dificultades
para implorar tu Gran Misericordia, que brota del profundo piélago de tu Amor
divino, surge en el Corazón Sacratísimo de Jesús y nos llega por la mediación
universal del Inmaculado Corazón de María, tu Madre. A tu Misericordia divina
deseamos consagrar hoy nuestras personas, nuestra familia y nuestra vida para
que nunca dejes de mirarnos con benevolencia.
Mira, en primer lugar, el fondo de nuestro corazón contrito y humillado que reconoce sus errores e ingratitudes. Muéstrate indulgente ante la multitud de nuestras deudas y pecados personales y perdona la culpa y la pena que por ellos justamente hemos merecido. Acoge compasivo, los dolores y peticiones de nuestra familia para que, unidos firmemente en un mismo corazón, seamos fieles a tus mandatos de Amor y nuestro hogar sea un remanso de paz y virtud, que refleje constantemente el modelo de tu Sagrada Familia de Nazaret. Atiende benigno las peticiones que hacemos diariamente por nuestras necesidades materiales y espirituales. Envíanos tu Espíritu de Luz y Sabiduría infinitas para que viendo los pequeños sucesos de cada día con ojos de eternidad, seamos siempre fieles a la vocación que asignaste a cada uno de nosotros en tus designios misericordiosos, de modo que se haga realidad el deseo de tu Sagrado Corazón de reinar en y a través de nuestra familia. Jesús, confiamos en ti. Te encomendamos también mediante esta consagración a todas las autoridades de nuestro país y a los pastores de tu Iglesia para que por tu Misericordia tengan la luz y fortaleza necesarias que lleve a nuestra nación según los deseos de tu Sagrado Corazón, que son de paz y no de aflicción. Asimismo, queremos unir en este acto, nuestra voluntad e intenciones a las que tuvo el Santo Padre el día 17 de agosto del 2002 en Polonia, al consagrar entonces el mundo a tu Divina Misericordia Todo esto te lo pedimos por medio del Corazón Inmaculado de María, para que haga llegar nuestra oración al Corazón Misericordioso de Jesús, en el seno de tu Trinidad Beatísima.
Mira, en primer lugar, el fondo de nuestro corazón contrito y humillado que reconoce sus errores e ingratitudes. Muéstrate indulgente ante la multitud de nuestras deudas y pecados personales y perdona la culpa y la pena que por ellos justamente hemos merecido. Acoge compasivo, los dolores y peticiones de nuestra familia para que, unidos firmemente en un mismo corazón, seamos fieles a tus mandatos de Amor y nuestro hogar sea un remanso de paz y virtud, que refleje constantemente el modelo de tu Sagrada Familia de Nazaret. Atiende benigno las peticiones que hacemos diariamente por nuestras necesidades materiales y espirituales. Envíanos tu Espíritu de Luz y Sabiduría infinitas para que viendo los pequeños sucesos de cada día con ojos de eternidad, seamos siempre fieles a la vocación que asignaste a cada uno de nosotros en tus designios misericordiosos, de modo que se haga realidad el deseo de tu Sagrado Corazón de reinar en y a través de nuestra familia. Jesús, confiamos en ti. Te encomendamos también mediante esta consagración a todas las autoridades de nuestro país y a los pastores de tu Iglesia para que por tu Misericordia tengan la luz y fortaleza necesarias que lleve a nuestra nación según los deseos de tu Sagrado Corazón, que son de paz y no de aflicción. Asimismo, queremos unir en este acto, nuestra voluntad e intenciones a las que tuvo el Santo Padre el día 17 de agosto del 2002 en Polonia, al consagrar entonces el mundo a tu Divina Misericordia Todo esto te lo pedimos por medio del Corazón Inmaculado de María, para que haga llegar nuestra oración al Corazón Misericordioso de Jesús, en el seno de tu Trinidad Beatísima.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero
PAPA FRANCISCO IMPARTE LA BENDICIÓN "URBI ET ORBI" Y PIDE PAZ EN COREA … DENUNCIA EL TRÁFICO DE PERSONAS Y EXPLICA EL SIGNIFICADO DE LA RESURRECCIÓN TEXTO COMPLETO DE LA HOMILIA:
31 de
marzo, 2013. (Romereports.com)
Para
celebrar el Domingo de Pascua el papa Francisco bendijo “a la ciudad y
al mundo”, Urbi et orbi.
El Papa
pidió la paz en Corea, Irak, Siria, Israel y Palestina, y también los
lugares olvidados como Mali, Congo y la República Centroafricana.
Además,
lamentó la “avidez de quien busca ganar dinero fácil” y el egoísmo como amenaza
a la vida humana y la familia.
Asistieron
muchos más peregrinos de lo habitual. Aunque todos los años los papas suelen
saludar en decenas de idiomas, Francisco prefirió saludar sólo en italiano.
TEXTO COMPLETO:
Queridos
hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo: ¡Feliz Pascua!
Es una
gran alegría para mí, al comienzo de mi ministerio, poderos dar este anuncio:
¡Cristo ha resucitado! Quisiera que llegara a todas las casas, a todas las
familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en
las cárceles...
Quisiera que
llegara sobre todo al corazón de cada uno, porque es allí donde Dios quiere
sembrar esta Buena Nueva: Jesús ha resucitado, hay esperanza para ti, ya no
estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la
misericordia.
También
nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús que fueron al sepulcro y lo
encontraron vacío, podemos preguntarnos qué sentido tiene este evento (cf. Lc
24,4). ¿Qué significa que Jesús ha resucitado? Significa que el amor de Dios es
más fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede
transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en
nuestro corazón.
Este
mismo amor por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, y ha ido hasta el
fondo por la senda de la humildad y de la entrega de sí, hasta descender a los
infiernos, al abismo de la separación de Dios, este mismo amor misericordioso
ha inundado de luz el cuerpo muerto de Jesús, y lo ha transfigurado, lo ha
hecho pasar a la vida eterna. Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida
terrenal, sino que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella
con nuestra humanidad, nos ha abierto a un futuro de esperanza.
He aquí
lo que es la Pascua: el éxodo, el paso del hombre de la esclavitud del pecado,
del mal, a la libertad del amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y
su gloria es el hombre vivo (cf. san Ireneo, Adv. haereses, 4,20,5-7).
Queridos
hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos,
pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la
libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los
momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana. Cuántos
desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que
está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es
consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero
la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede
hacer revivir incluso a los huesos secos (cf. Ez 37,1-14).
He aquí,
pues, la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de
Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de
su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta
misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra,
custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz. Así, pues,
pidamos a Jesús resucitado, que transforma la muerte en vida, que cambie el
odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. Sí, Cristo es nuestra
paz, e imploremos por medio de él la paz para el mundo entero.
Paz para
Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos, que tienen
dificultades para encontrar el camino de la concordia, para que reanuden las
negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un
conflicto que dura ya demasiado tiempo. Paz para Iraq, y que cese
definitivamente toda violencia, y, sobre todo, para la amada Siria, para su
población afectada por el conflicto y los tantos refugiados que están esperando
ayuda y consuelo. ¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar
todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la
crisis?
Paz para
África, escenario aún de conflictos sangrientos. Para Malí, para que vuelva a
encontrar unidad y estabilidad; y para Nigeria, donde lamentablemente no cesan
los atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes, y donde
muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes de grupos terroristas. Paz
para el Este la República Democrática del Congo y la República Centroafricana,
donde muchos se ven obligados a abandonar sus hogares y viven todavía con
miedo.
Paz en
Asia, sobre todo en la península coreana, para que se superen las divergencias
y madure un renovado espíritu de reconciliación.
Paz a
todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles
ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida humana y la familia,
desgarrado por la violencia ligada al tráfico de drogas y la explotación inicua
de los recursos naturales.
Paz a
esta Tierra nuestra. Que Jesús Resucitado traiga consuelo a quienes son
víctimas de calamidades naturales y nos haga custodios responsables de la
creación.
Queridos
hermanos y hermanas, a todos los que me escuchan en Roma y en todo el mundo,
les dirijo la invitación del Salmo: «Dad gracias al Señor porque es bueno, /
porque es eterna su misericordia. / Diga la casa de Israel: / "Eterna es
su misericordia"» (Sal 117,1-2).
FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN
viernes, 29 de marzo de 2013
ALABANZAS A LA DIVINA MISERICORDIA
El Amor de Dios es la flor; La Misericordia el fruto.
Que el
alma titubeante lea estas consideraciones sobre la Misericordia Divina y
recobre la confianza:
Misericordia
Divina, que brotas del seno del Padre, en Ti confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan vida y felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, abrazando todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que bajas a la tierra en la Persona del Verbo Encamado, en Ti confío.
Misericordia Divina, que manaste de la herida abierta en el Corazón de Jesús, en Ti confío.
Misericordia Divina, enclaustrada en el Corazón por nosotros, y especialmente por los pecadores, en Ti confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan vida y felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, abrazando todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que bajas a la tierra en la Persona del Verbo Encamado, en Ti confío.
Misericordia Divina, que manaste de la herida abierta en el Corazón de Jesús, en Ti confío.
Misericordia Divina, enclaustrada en el Corazón por nosotros, y especialmente por los pecadores, en Ti confío.
Misericordia
Divina, insondable en la institución de la Sagrada Hostia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que fundaste la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la justificación de nosotros por Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abrazas, especialmente a la hora de la muerte, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien recibimos el don de la inmortalidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, siempre a nuestro lado en cada instante de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, escudo protector de las llamas infernales, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien se convierte el pecador empedernido, en Ti confío.
Misericordia Divina, que dejas atónitos a los Ángeles; inasequible también a los Santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescatas de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de felicidad y gozo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos trajiste a la existencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que rodeas con Tus brazos toda obra de Sus manos, en Ti confío.
Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo de los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de los desesperados, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz en la turbulencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, esperanza renovada, perdida ya toda esperanza, en Ti confío.
Misericordia Divina, que fundaste la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la justificación de nosotros por Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abrazas, especialmente a la hora de la muerte, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien recibimos el don de la inmortalidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, siempre a nuestro lado en cada instante de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, escudo protector de las llamas infernales, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien se convierte el pecador empedernido, en Ti confío.
Misericordia Divina, que dejas atónitos a los Ángeles; inasequible también a los Santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescatas de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de felicidad y gozo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos trajiste a la existencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que rodeas con Tus brazos toda obra de Sus manos, en Ti confío.
Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo de los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de los desesperados, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz en la turbulencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, esperanza renovada, perdida ya toda esperanza, en Ti confío.
Dios Eterno, en quien la Misericordia
es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu bondadosa
mirada y aumenta Tu misericordia en nosotros para que en los momentos
difíciles, no nos desalentemos ni nos desesperemos, sino que, con la máxima
confianza, nos sometamos a Tu Santa Voluntad, que es Amor y Misericordia.
Oh incomprensible e infinita
Misericordia Divina, ¿quién podrá adorarte como Te mereces. Eres la dulce
esperanza del pecador. Uníos estrellas, mar y tierra en un sólo himno y cantad
a coro, con vuestra mejor voz, la misericordia Divina, cuya comprensión no se
nos alcanza.
Diario de Sor Faustina (11, 296-297).
CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA.
La Señal de la Cruz:
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.
PADRE NUESTRO.
Padre
Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, Venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan
de cada día y perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos
ofenden y no nos dejes caer en la tentación y líbranos del maligno enemigo, Amén.
DIOS TE SALVE
Dios te
salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas
las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María Madre de
Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
CREDO DE LOS APÓSTOLES
Creo en
Dios padre todo poderoso, creador del cielo y de la Tierra, Creo en Jesucristo
su único Hijo, nuestro Señor que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de poncio pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucito de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha
de Dios Padre todo poderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a
los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión
de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
del mundo futuro, Amén.
En las cuentas grandes antes de cada decena:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y
Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo,
en propiciación de nuestros pecados y los del
mundo entero."
(Normalmente, si dos o más personas rezan juntas la Corona, esta parte la dice el que dirige).
En las 10 cuentas pequeñas de cada decena se dice:
Por su dolorosa pasión.
Ten misericordia de nosotros y
del mundo entero.
(Esta frase se dice
diez veces. Normalmente, si dos o más personas rezan juntas la Corona, la
persona que dirige dice: "Por Su Dolorosa Pasión" y la(s) otra(s)
persona(s) contesta(n) la parte final "…ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.")
Se repiten durante las cinco decenas del Rosario.
Se repiten durante las cinco decenas del Rosario.
Al terminar las cinco décadas,
se procede a decir tres
veces:
"Santo Dios,
Santo Fuerte, Santo Inmortal,
Ten misericordia de
nosotros y del mundo entero".
JACULATORIA
JACULATORIA
"Oh Sangre y Agua que brotasteis del
Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Vos
confío".
(Diario
84) 3 VECES.
Expiraste Jesús, pero la fuente
de vida broto para las almas y el mar de la Misericordia se abrió para el mundo
entero. OH fuente de vida insondable misericordia Divina, abarca al mundo
entero y derrámate sobre nosotros (Diario1319)
ORACIÓN FINAL
OH Dios eterno en quien la Misericordia
es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada
bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles
no nos desesperemos ni nos desalentemos sino que, con gran confianza nos
sometamos a tu santa voluntad que es el amor y la misericordia mismos. (Diario 950)
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO
Y
DEL ESPIRITU SANTO. AMÉN.
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