Del Corazón de Jesús brota la salvación para toda
la humanidad, recuerda el Papa
12/06/2015 12:26
«¡No
olvidemos el amor de Dios, el amor de Jesús: Él nos mira, nos ama y nos espera.
Es todo corazón y todo misericordia. Vayamos con confianza a Jesús, Él nos
perdona siempre»
(RV).- En el día dedicado al Sagrado
Corazón de Jesús, que es la «máxima
expresión humana del amor divino», resuenan las palabras del Papa
Francisco, exhortando a que vayamos a Jesús, porque su corazón
misericordioso nos espera siempre. Y a no olvidar nunca que el Corazón de
Jesús, no es un símbolo imaginario, sino que es el centro del que mana
la salvación para toda la humanidad.
Son innumerables las veces, en que ha invitado a
recordar que la misericordia divina es «compasión», «es el amor de Dios, es decir la actitud de
Dios en contacto con la miseria humana». Escuchemos al Papa Bergoglio, tan
solo menos de tres meses después de su elección pontificia, en la cita para el
rezo mariano del Ángelus, del domingo 9 de junio de 2013:
«La piedad popular valora mucho los símbolos, y el
Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero
no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la
fuente de la que brotó la salvación para toda la humanidad».
Con el relato de la muerte de Cristo, del Evangelio
de Juan, el Obispo de Roma hizo hincapié en que «del corazón de Jesús, Cordero
inmolado en la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres»:
«Pero
la misericordia de Jesús no es sólo un sentimiento, ¡es una fuerza que da vida,
que resucita al hombre!
Pensemos esto, es hermoso: la misericordia de Dios
da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con
misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera
con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón
misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados,
Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia! Vayamos a Jesús».
Con el Corazón de Jesús, está el Corazón de la
Madre de Dios y Madre nuestra:
«Dirijámonos a la Virgen María: su corazón
inmaculado, corazón de madre, compartió al máximo la «compasión» de Dios,
especialmente en la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos
ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos».
(CdM – RV)
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