REDACCIÓN CENTRAL, 03 Ene. 18 / 12:01
am (ACI).-
Cada 3 de enero la Iglesia celebra el DÍA DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS. “Éste
es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad,
demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al
llegar la plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.
La palabra Jesús es la
forma latina del griego “IESOUS”,
que a su vez es la transliteración del hebreo “JESHUA” o “JOSHUA” o
también “JEHOSHUA”, que significa “YAHVEH ES SALVACIÓN”
EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas del siglo XIV.
San Bernardino de Siena y
sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús. En 1530 el Papa Clemente
VII concedió por primera vez a la Orden Franciscana la celebración del Oficio
del SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS.
San
Bernardino solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos
saliendo de ella y, en el medio, se veía el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ O ΙΗΣΟΥΣ).
Más
adelante la tradición devocional le añade un significado a las siglas: "I", IESUS (JESÚS), "H",
HOMINUM (DE LOS HOMBRES), "S", SALVATOR" (SALVADOR). Juntos
quieren decir “JESÚS, SALVADOR DE LOS HOMBRES”.
San
Ignacio de Loyola y los jesuitas hicieron
de este monograma el emblema de la Compañía de Jesús.
El Nombre
de Jesús, invocado con confianza:
- Brinda ayuda en las necesidades corporales,
según la promesa de Cristo:
"En mi nombre agarrarán serpientes en sus
manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los
enfermos y se pondrán bien" (Mc. 16,17-18).
En el Nombre de Jesús los
Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6;
9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).
- Da consuelo en las pruebas
espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el
"padre del hijo pródigo" y el buen samaritano; al
justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.
- Nos protege de Satanás y
sus artimañas, ya que el diablo le
teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.
- En el nombre de Jesús
obtenemos toda bendición y gracia en
el tiempo y
la eternidad,
pues Cristo dijo: "lo que pidan al Padre se los dará en mi
nombre." (Jn. 16,23).
Por lo tanto, la Iglesia concluye todas
sus oraciones con
las palabras: "Por Jesucristo Nuestro Señor",
etc.