EL SANTO ROSARIO
El SANTO
ROSARIO es una devoción mariana de las más antiguas y más conocidas entre el
pueblo cristiano. Una tradición muy remota atribuye a Santo Domingo de
Guzmán, fundador de los Dominicos, la composición de este rezo. Pero fue el
Papa San Pío V quien, con una Bula
publicada en el año 1569, le dio la forma que se utilizó por más de cinco
siglos, contemplando 15 misterios de gozo, dolor y gloria. El Papa Juan Pablo
II, el 16 de octubre de 2002 en Carta
Apostólica «Rosarium Virginis Mariae» ha agregado al Rosario
tradicional 5 nuevos Misterios llamados "MISTERIOS DE LUZ".
"Recitar el Santo Rosario, en
efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo"
(Rosarium Virginis Mariae #3, S.S. Juan Pablo II)
(Rosarium Virginis Mariae #3, S.S. Juan Pablo II)
EL ROSARIO
MISIONERO
El ROSARIO MISIONERO fue ideado por Monseñor Fulton Sheen, Arzobispo
norteamericano, a mediados del siglo XX.
El
Rosario Misionero es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional,
en la cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y
necesidades de todo el mundo. Es una
oración mariana universal y misionera, que consiste en:
rezar los cinco misterios de cada día teniendo presentes los cinco
continentes del mundo, pensando en la situación concreta de cada continente
desde el punto de vista de la evangelización y de la presencia cristiana, y
orando por los misioneros y misioneras, por todos los agentes de la
evangelización, y por todos los que aún no conocen la Buena Nueva de la
salvación, para que se abran a la luz del Evangelio.
El
ROSARIO MISIONERO es una oración universal, no sólo por su estructura interior
si no porque es una oración eclesial y querida por la Virgen, recomendada por
los Papas, rezada por los cristianos del mundo y a favor de todo el mundo. Por
eso es una oración eminentemente misionera.
Es
universal porque es a favor de todos los hombres del mundo, también para los
que no creen en Cristo y en Dios, "puesto que la maternal intercesión
de la Virgen es para todo género humano motivo de esperanza".
El
CONCILIO VATICANO II nos recomienda su rezo al decir:
"los fieles ofrezcan a Dios oraciones que fecunde con su gracia la
obra de los misioneros” (AG36);
"De esta manera toda la comunidad ruega, coopera y actúa entre las
gentes" (AG37).
Su Santidad el Papa
Juan XXIII rezaba el ROSARIO MISIONERO todos los días por el mundo entero,
dedicando una decena a cada continente:
“Ser católico es ser miembro de la iglesia universal. Como católicos no podemos olvidar la solidaridad con todo el cuerpo. Es por eso que oramos por las misiones y una forma de hacerlo es con el ROSARIO MISIONERO. Pedimos por toda la Iglesia, por los misioneros y por qué se extienda el Reino de Dios sobre la tierra y en todos los corazones”.