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miércoles, 2 de diciembre de 2015

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE CON APARICIONES, PATRONA DE AMÉRICA, DE LAS VOCACIONES Y DE LOS NIÑOS NO NACIDOS, 06 DE DICIEMBRE, CUARTO DÍA

 ORACIÓN INICIAL

Oh Virgen de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, que te dignaste hablar a tu siervo Juan Diego con estas tiernas palabras: “Hijito mío, que no se turbe tu corazón... No temas... ¿No estoy aquí Yo que soy tu Madre? ¡No estás acaso bajo mi protección y amparo?”  Llenos, pues de confianza con estas palabras venimos hoy a tus plantas para pedirte que nos concedas todas  las gracias que necesitamos y que deseamos obtener de tu bondad en esta novena.

REFLEXIÓN

Nuestra Señora de Guadalupe no sólo nos invitó  por medio de Juan Diego a convertirnos al único Dios verdadero y a pertenecer a la religión de Cristo sino que también, sirviéndose del  mismo Juan Diego, nos pide que le levantemos un Templo en el mismo lugar de su aparición: “Deseo vivamente, le  dice la Virgen, que se me erija aquí un templo”... El Templo que pide la Virgen es ciertamente un Templo material y nuestro pueblo se lo ha levantado muchas veces, no solamente en el lugar que  Ella señala sino en todos los pueblos de nuestra Patria; sin embargo, el Templo que Ella  desea  sobre todo,  como constantemente nos enseñan nuestros Obispos y Sacerdotes, es un Templo espiritual, aquél que es fruto de la fe y de una vida profundamente cristiana, ya que sin éste, el primero no tendría ningún valor.  Y nosotros ¿se lo hemos construido a nuestra Madre en nuestro corazón?  Meditémoslo.

ACLAMACIONES A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Aclamemos con amor a nuestra Madre de Guadalupe  pidiéndole  también  su ayuda:

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque nos regalaste tu propia imagen y quisiste quedarte con nosotros para ser nuestro modelo y conducirnos a Cristo, Camino, Verdad y Vida para todos los hombres.- Ave María.

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte en medio de nosotros para demostrarnos todo tu amor y compasión y ser nuestro auxilio y defensa en todas nuestras necesidades.- Ave María.

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte con nosotros para ser nuestra piadosa Madre, oír nuestros lamentos y remediar todas nuestras miserias, penas y dolores.-  Ave María.

SÚPLICA FINAL

Oh Virgen de Guadalupe, “Madre del verdadero Dios por quien se vive”, aquí estamos a tus pies para recordarte una vez más la gran promesa que hiciste a tu siervo Juan Diego de escuchar siempre nuestras súplicas y remediar todas nuestras necesidades.  Te rogamos pues, Madre nuestra, que seamos fieles a nuestra fe y la vivamos; que en cada uno de nosotros reine  siempre  Cristo  y  lo  sigamos;  que haya paz en nuestras familias; que puedan ver la eficacia de tu misericordia  todos  los  que, en  medio de  sus  sufrimientos, se encomiendan a Ti; que imitemos fielmente todas tus virtudes; que crezca constantemente nuestro amor y confianza en Ti; y que, por fin, nos alcances de Dios lo que especialmente queremos conseguir de tu bondad en esta  novena.   Así sea.



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