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martes, 18 de octubre de 2016

LOS BENEFICIOS DE ENFADARSE CON DIOS, Y DECÍRSELO...

Cuando se imagina el modo ideal para rezar, uno piensa en alguien arrodillado en una iglesia que medita sobre ideas profundas. Pero ¿qué pasaría si estar enfadado y explicárselo a Dios fuese todavía mejor? 

Así es como rezó el sacerdote Christopher Daniels, de Atlanta, cuando decidióhacerse sacerdote. Sintió rabia, confusión y que la idea de entregar su vida a Dios no entraba en sus planes, hasta que se dio cuenta de que sería verdaderamente feliz.

CHRISTOPHER DANIELS L.C.
Legionario de Cristo
"Estaba muy enfadado con Dios porque yo no quería estar ahí. Era como: '¿Qué? Te he dado un año entero como misionero... ¿Y qué haces tú? ¿Me mandas al seminario? ¡Esto no es lo que yo pretendía!' Tenía esta idea de yo doy y tú das. Pensaba en Dios como en una máquina de bebidas, pero no lo es. Es un padre que ama y que tiene un plan”.

Aunque le aterrorizaba la posibilidad de entrar en el seminario, Christopher empezó a considerar esa posibilidad con pasos pequeños. Primero afrontó sus miedos, como la idea de cambiar de estilo de vidade dejar a la novia y de donar la propia libertad. Dice que expuso esos miedos a Dios desde la rabia y la angustia y la respuesta que recibió fue mucho más de la que esperaba.

CHRISTOPHER DANIELS L.C.
Legionario de Cristo
"Cuando estés enfadado, puedes echarle la culpa a Dios, pero espera a escuchar su respuesta. Esa es la clave. Porque muchas veces nos enfadamos y pensamos que no deberíamos culpar a Dios, pero Él también quiere escuchar estas cosas”.

Durante un retiro espiritual de ocho días en silencio habló a Dios sobre sus temores. Nunca pensó que la respuesta vendría acompañada de una inmensa paz.

CHRISTOPHER DANIELS L.C.
Legionario de Cristo
"Recibí mucha paz y esa paz era lo que estaba buscando. No imaginaba que la encontraría dejando todo atrás y siguiendo a Dios. Me sentí realmente querido y consciente de que podía querer a los demás, sin preocuparme de perder nada. Entonces dije: Jesús, si esto es lo que quieres para mí, mi respuesta es sí”.

Ahora estudia para ser sacerdote y asegura que sigue experimentando esa paz. Vive en Roma y aquí se siente feliz. 

Eso no significa que no pase por momentos duros o frustrantes. Pero parece que rezando y confiando en Dios, todo se resuelve.


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