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domingo, 15 de febrero de 2015

¿QUÉ ES EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?

AYUNO:

Disciplina espiritual por la que voluntariamente se renuncia a ciertos alimentos por un tiempo definido con el fin de liberarse de los apegos carnales;  para imitar los sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través de toda su vida terrena y poner todo el corazón en Dios.

El ayuno nos recuerda que la conversión afecta y debe afectar todas las áreas de nuestra vida.

ABSTINENCIA:

Es la virtud que consiste en privarse total o parcialmente de satisfacer los apetitos. La privación de determinados alimentos o bebidas, en cumplimiento de preceptos religiosos o de voto especial. Se puede aplicar a cualquier tipo de abstención, desde no tomar licor hasta la abstención sexual, como acto penitencial privado que se observa por un tiempo.

Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

LA IGLESIA RECOMIENDA EL AYUNO

(Canon 1249) como ayuda al dominio de las pasiones y como reparación de los pecados.  El ayuno siempre ha sido y es parte de la ascética católica.
 No fue rechazado, como dicen algunos, por el Concilio Vaticano II.

La vida de los santos manifiesta el valor del ayuno y la importancia de integrarlo en una vida de caridad. Algunas comunidades religiosas han incluido el ayuno en su regla. 

La Virgen Santísima en varias apariciones (La Salette, Lourdes, Fátima) nos exhorta a la penitencia, práctica que en la tradición de la Iglesia incluye el ayuno. 

FUNDAMENTO BÍBLICO DEL AYUNO

El ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (Lucas 4 y Mateo 4).

Basado en Su ejemplo podemos entender que Su crítica al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que la hacían y no en el ayuno en sí mismo. 
El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral. 

«Más ahora todavía - oráculo de Yahvé - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.» Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahvé vuestro Dios, porque Él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. - Joel 2, 12-13

Los profetas enseñan que la compasión y la conducta ética es más aceptable que el ayuno mezclado de contiendas.  Is 58, 4-7;  Zacarías 7, 5-10 .

No se rechazan el ayuno sino que lo sitúan en contexto. 

El ayuno es necesario como forma de vida para estar listo y saber descubrir la presencia de Dios. Lucas 2,37:

"(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios

con ayuno y oraciones"

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