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jueves, 2 de octubre de 2014

OCTUBRE MES DE LAS MISIONES Y DEL SANTO ROSARIO ... MISIONAR CON LA AYUDA DE MARÍA


TODOS SOMOS MISIONEROS

Los católicos por lo general, somos pasivos y hay unos pocos que son muy activos, pareciera que la obligación de llevar el mensaje de Jesucristo a todo el mundo, es de un pocos voluntarios, pero como está el mundo, ha llegado el momento en que todos los católicos comencemos actuar, esto es no dejar que las cosas transcurran por si solas. Esto implica que tenemos que realizar la acción verbal que expresamos y que rezamos, es tiempo de dejar de ser fieles que solo recibimos, ya es hora de salir a predicar todo lo que diariamente aprendimos de nuestra fe, ciertamente, dentro de nuestros medios y posibilidades, pero tenemos que disponernos a actuar y asumir nuestro papel de misionero.
Algunas rápidas reflexiones, expresan que si no fuera por las viudas y las personas que están en las últimas etapas de sus vidas, los templos estarían casi vacíos.
Mis recuerdos de niño monaguillo, casi medio siglo atrás, eran de 4 celebraciones los domingos por la mañana y una por la tarde, a templo lleno, hoy en muchos templos hay una sola celebración los domingos, la de medio día, lo paradójico es ver cuanta gente mira el reloj a la hora de la homilía, y parece que en vez de elevar una plegaria a Dios por sus necesidades, la eleva pidiendo que la predica sea breve.
Por cierto, esto no es lo que hacen todas las personas.
Dios quiera, que con el esfuerzo misionero de todos traigamos más fieles a participar de la Eucaristía, y que al mismo tiempo nos regale más Vocaciones, sin Sacerdote, no hay Misa.
El MISIONERO es la persona que enseña y predica la religión cristiana en las Misiones o en tierras de no creyentes en nuestra fe, y estas tierras, no solo están en un continente lejano, son también en las que vivimos, la que pisamos a diario.
Para el cristiano, ser misionero, es una obligación que tenemos que cumplir, este es un encargo que nos dejó  Jesucristo.
Y cada vez que participamos en las celebraciones eucarísticas, recibimos el encargo de misionar,  en efecto en la Santa EUCARISTÍA, nos encontramos con CRISTO RESUCITADO, por tanto luego tenemos que ser testigos de su resurrección en el mundo, escuchamos la Palabra de Dios, luego nos toca transmitirla a los demás, recibimos el Pan que da la vida;
luego estamos invitados a vivir la vida nueva, nos reunimos como hermanos, por tanto luego nos dispersamos para ser hermanos de todos los hombres, alabamos a Dios con nuestras oraciones y con nuestros cantos, por tanto convertimos nuestra vida ordinaria en una alabanza continua a Dios.
En la Eucaristía, Nos hemos asociado a la entrega total de Cristo al Padre y a los hombres; ahora vamos a verificar esta entrega con todas nuestras obras.
María, Madre de Dios, ruega por nosotros
   Autor: P. Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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