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viernes, 7 de marzo de 2014

EL SANTO VIA CRUCIS UNA HISTORIA CON LA VIRGEN MARÍA ESTACIONES CON INDULGENCIAS:

 El lugar donde Jesús se encuentra con su Madre.
 
Donde Jesús habló con las mujeres de Jerusalén. 

La casa de Pilato 
 
El Santo Sepulcro

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares más asequibles e ir a ellos en peregrinación.
En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los más importantes santuarios de Jerusalén.
En los siglos XV y XVI se erigieron estaciones en diferentes partes de Europa.
El Beato Álvaro de Córdoba, fraile dominico (m.1430), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones.
Por la misma época, la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del VÍA CRUCIS se encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero solo cinco de ellas corresponden a que se usan hoy día, mientras que siete solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente influenciadas por el libro "JERUSALÉN SICUT CHRISTI TEMPORE FLORUIT" escrito por un tal Adrichomius en 1584. En este libro el VÍA CRUCIS tiene doce estaciones y estas corresponden exactamente a nuestras primeras doce.
Parece entonces que VÍA CRUCIS, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de Europa.
Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras).
Por otro lado algunas que hoy no aparecen eran antes más comunes.
Entre estas, el balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí el hombre).
En el año 1837, la SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LAS INDULGENCIAS precisó que aunque no había obligación, es más apropiado que las estaciones comiencen en el lado en que se proclama el Evangelio.
Pero esto puede variar según la estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones.
La procesión debe seguir a Cristo más bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la TIERRA SANTA, el papa Inocencio XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en TIERRA SANTA las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las ESTACIONES DE LA CRUZ en sus propias iglesias según la forma acostumbrada.
Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo extendió a todos los fieles.
En 1731 Clemente XII lo extendió aún más permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las ESTACIONES fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo local).
Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones.

Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con el rico tesoro de las ESTACIONES DE LA CRUZ.
En 1773 Clemente XIV concedió la misma indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo de las ESTACIONES, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en prisión u otros impedidos de hacer las ESTACIONES EN LA IGLESIA.
La condición es que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria un número determinado de veces.
Estos crucifijos especiales no pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son propias para personas en situaciones especiales.
En 1857 los obispos de Inglaterra recibieron facultades de la SANTA SEDE para erigir ellos mismos las Estaciones con indulgencias cuando no hubiese franciscanos.
En 1862 se quitó esta última restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.



Tomado de los Franciscanos de Tierra Santa



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