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domingo, 17 de noviembre de 2013

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA DÍA PRIMERO



 ORACIONES PREPARATORIAS
PARA TODOS LOS DÍAS
Por la señal…

ACTO DE CONTRICIÓN:

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo firmemente nunca más volver a pecar y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Ofrezco mi vida, obra y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Y así confío en que por vuestra infinita bondad me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

JACULATORIA:

¡Oh María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

INVOCACIÓN:

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestro socorro y reclamado vuestra asistencia haya sido abandonado de Vos. Con esta confianza a Vos corremos, oh Virgen de las Vírgenes; y. gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a vuestros pies. Oh Madre del Verbo, no despreciéis nuestras súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

DÍA PRIMERO

En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena -la del 18 de julio de 1830- aparecióse por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos.
¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo!
¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos!
Que tu recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén

PEDIR LA GRACIA QUE SE DESEA ALCANZAR

ORACIÓN FINAL

Jesús, Dios nuestro, que quisiste esclarecer a
Tu Bienaventurada Madre, la Virgen María, Inmaculada
ya desde su origen, con multitud de milagros:
Concédenos que por la invocación constante de su patrocinio consigamos las eternas alegrías del cielo.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Rezar tres avemarías con la jaculatoria:

                        OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA,                      
ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS

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