Menú

lunes, 3 de junio de 2013

SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA, DEVOCIÓN UNIVERSAL EN EL MES DE JUNIO



En verdad, no ama al Sagrado Corazón de Jesús quien no ama al Inmaculado Corazón de María. Es la razón por la que en el reverso de la Medalla Milagrosa hay dos corazones acuñados: el de Jesús cercado de espinas y el de María traspasado por una espada…
El corazón representa la sede de los afectos y sentimientos. Las Sagradas Escrituras revelan el amor infinito de Dios que nos creó a su imagen, capaces de amar. Jesús confirmó el Mandamiento principal de Dios: “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.(Marcos 12,30).
El corazón siempre ha representado el lugar físico donde tendrían cabida las emociones, los deseos, los afectos, las actitudes; los sentimientos del ser humano, pero también la falta de ellos.
En la Sagradas Escrituras, la palabra “corazón” es mencionada entre ochocientas y mil doscientas veces, dependiendo de la versión de la Biblia que tomemos. Así como generalmente el corazón representa la parte más elevada del alma, simbolizando la perfección interior, también se refiere al espacio donde tienen lugar las dudas, las tentaciones, los malos deseos y el pecado: “Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el corazón de Judas Iscariote (…) el propósito de entregarle” (Jn 13,2).
De allí la importancia de procurar que nuestro corazón cristiano esté consagrado y se mantenga siempre unido a los Sagrados Corazones de Jesús y María; pues de ser así, el mal no encontrará en él un lugar para el pecado. No es casual que durante los últimos tiempos, el Papa Juan Pablo II haya hablado con tanta frecuencia de los Corazones Unidos de Jesús y María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario