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lunes, 13 de mayo de 2013

¿QUÉ DEBEMOS TENER PARA REALIZAR UNA NOVENA?

Primero que todo, disposición.

Algunas veces podemos llegar a creer que las novenas son mágicas y que el sólo hecho de realizar las oraciones nos conceden gracias divinas de parte de Dios.
Esto es falso;  ya un personaje llamado Simón creyó que la unción de Dios se podía comprar:

"Al ver que por la imposición de las manos de los Apóstoles se confería el Espíritu Santo, Simón les ofreció dinero, diciéndoles: "Les ruego que me den ese poder a mí también, para que aquel a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo". Pedro le contestó: "Maldito sea tu dinero y tú mismo, porque has creído que el don de Dios se compra con dinero" (Hch 8, 18)

El mismo texto de Hechos 1, 14 que leímos nos muestra que los Apóstoles estuvieron esos días DEDICADOS A LA ORACIÓN.

Una novena es una petición o una consagración a través de una oración que se hace a Dios por medio de un Santo.
Y al ser una oración que se presenta a Dios, es necesario tener una correcta disposición del corazón.
Para que sea más efectiva debemos estar confesados y en gracia de Dios.

La misma Palabra nos confronta en esta realidad:

"Si un hombre mantiene su enojo contra otro,
¿cómo pretende que el Señor lo sane?" (Eclo 28, 3)

"Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones" (1 Tim 2, 8)

¿CUÁL ES LA ESTRUCTURA DE UNA NOVENA?

Una novena maneja la siguiente estructura:

  1. ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA: Nos dispone para lograr una apertura de corazón al actuar de Dios y obtener su gracia.

  1. Meditación diaria: En esta meditación nos adentramos en descubrir cómo por medio de la virtud del Santo al que pedimos intercesión, podemos fortalecer nuestro vínculo con el cuerpo de Cristo y podemos crecer en santidad.

  1. Oración para cada día: Su objetivo es afirmarnos en la reflexión que acabamos de meditar y lograr en nosotros una verdadera comunión con Dios a través de la intercesión de los santos.

  1. Compromiso: En algunas novenas, debemos realizar algún acto espiritual o caritativo que nos perfeccione y nos lleve a actuar como Cristo con los demás. Por ejemplo: En la novena a San Judas Tadeo, el compromiso del primer día es: Prometo que de alguna manera llevaré la buena nueva del amor de Dios a una persona enferma.

Así que hermanos católicos, tenemos una gran riqueza en las novenas y una oportunidad única de interactuar en la comunión de los Santos, al mismo tiempo que esperamos de parte de Dios nos conceda las gracias solicitadas.

Autor: Anwar Tapias Lakatt

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