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viernes, 17 de mayo de 2013

NOVENAS A MARÍA AUXILIADORA, CUARTO DÍA, SÁBADO 18 DE MAYO

“Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos,
líbranos Señor + Dios Nuestro. En el Nombre + del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

Nos ponemos en presencia de Dios y para que la oración llegue al Cielo, pedimos humildemente perdón al Señor por nuestras faltas (silencio…) y decimos:

“Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón por haberos ofendido – Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí – pero mucho más me pesa – porque pecando ofendí a un Dios tan bueno – y tan grande como Vos. – Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente  no pecar más – y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén”.

ORACIÓN PREPARATORIA
(para todos los días)

Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno,
por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria:

“María Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros”

DÍA CUARTO

¡Oh dulcísima Madre nuestra María, Tú que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que practicaste en la tierra! Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza necesaria para mantenernos constantes en tu servicio para que, venciendo todo respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos comportemos siempre como devotos hijos tuyos hasta la muerte.

Tres Avemarías y Gloria.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS

Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia... Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla... Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.

ORACIÓN DE SAN BERNARDO:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.

SUPLICA A MARÍA AUXILIADORA.

Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...

(pídase aquí la gracia que se desea obtener).

Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén.

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