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martes, 23 de octubre de 2012

EL SÍNODO DE OBISPOS ...SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA...LA MADRE DE JESÚS, EDUCADORA DE LA IGLESIA EN LA TRANSMISIÓN DE LA PALABRA, EL ACONTECIMIENTO GUADALUPANO ... HECHO SALVÍFICO CONTINENTAL



 Por Nieves San Martín
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org)
Por su parte, monseñor Enrique Glennie Graue, vicario general de la Archidiócesis de México, desde el punto de vista experiencial, aportaba una fundamental constatación sobre el papel de María en la evangelización del Nuevo Mundo, en los albores de la misión entre la población amerindia, representada por Juan Diego y cómo el fenómeno continúa hoy con la que ha sido considerada patrona de América.

"El Acontecimiento de las apariciones de María de Guadalupe al indio San Juan Diego en 1531 tuvo una repercusión decisiva para la evangelización, con un influjo que va más allá de los confines de la nación mexicana, alcanzando a todo el continente", afirmó monseñor Glennie. 
 "Inmediatamente después de las apariciones --añadió--, se verificó una impresionante conversión en masa, tanto de los indígenas como de los españoles. Un signo concreto de la importancia del Acontecimiento Guadalupano fue esta conversión y devoción a la Virgen y --a través de Ella- a Jesucristo; que constatamos hasta nuestros días, con la presencia en el Santuario de más de veinte millones de personas cada año".

Como todo "acontecimiento salvífico", explicó,  

"el acontecimiento guadalupano trasciende fronteras, culturas, pueblos, costumbres y llega hasta lo más profundo del ser humano. Se trata de un acontecimiento salvífico porque provoca la conversión del corazón y mueve al ser humano a un verdadero arrepentimiento, para encontrarse con Dios, haciendo realidad un cambio de vida pleno y total".

En este acontecimiento salvífico, afirmó "se manifiesta, de manera patente, la intervención de Dios en una evangelización conducida por María, la primera discípula y misionera del Amor".

"En palabras sencillas, el culto a la Virgen de Guadalupe se manifiesta --desde entonces hasta nuestros días- como una verdadera evangelización; se puede observar que el acontecimiento guadalupano permite entender la esencia del Evangelio y mueve de tal forma las almas, que la conversión a Jesucristo es una manifestación patente de ello. Esto permitió que se llevara a cabo la evangelización de todo un pueblo que estaba naciendo".

De hecho, se inicia entonces una devoción que nadie podrá detener y que se fue profundizando y extendiendo hasta el día de hoy, no sólo en México, sino en las más variadas naciones, quienes son guiadas de la mano por la Estrella de la Evangelización hasta su Redentor en una evangelización perfectamente inculturada", explicó.

"En resumen, podemos afirmar que --como sucede en el acontecimiento guadalupano- la Nueva Evangelización requiere también de una auténtica 'inculturación'. La evangelización, si se produce correctamente, ha de dar lugar al fenómeno de la inculturación, entendida como presencia y fruto de la fe en el seno de una cultura determinada. Considero que éste es un importante reto de la Nueva Evangelización", concluyó.

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