¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

jueves, 18 de junio de 2015

QUE JESÚS NOS ACOMPAÑE EN LA FAMILIA EN EL PASO OSCURO DE ESTA VIDA A LA GLORIA, PIDIÓ EL PAPA EN LA CATEQUESIS LA MUERTE NO TIENE LA ÚLTIMA PALABRA, DIJO EL PAPA EN SU CATEQUESIS, CON TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS

El Papa Francisco durante la audiencia general del tercer miércoles de junio con miles de fieles en la Plaza de San Pedro - ANSA
17/06/2015 11:13
 (RV).- En su catequesis de la audiencia general – celebrada el tercer miércoles de junio en la Plaza de San Pedro y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países – el Papa Francisco, prosiguió sus reflexiones sobre la familia y la vida real, centrándose, en esta ocasión, en el luto por la pérdida de alguno de sus miembros y que causa un dolor desgarrador.

Hablando en italiano el Santo Padre explicó que esta experiencia, que viven todas las familias, forma parte de la vida y, sin embargo, cuando toca los afectos familiares jamás nos parece natural. Así por ejemplo, para los padres, sobrevivir a los propios hijos es algo sumamente lacerante, que contradice la naturaleza elemental de las relaciones que dan sentido a la misma familia. Mientras una situación semejante padece el niño que se queda solo por la pérdida de uno de sus padres o de ambos.

TEXTO Y AUDIO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA TRADUCIDO DEL ITALIANO

LA FAMILIA. EL LUTO

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el recorrido de catequesis sobre la familia, hoy tomamos directamente inspiración del episodio narrado por el evangelista Lucas, que acabamos de escuchar (cfr. Lc 7,11-15). Es una escena muy conmovedora, que nos muestra la compasión de Jesús por quien sufre – en este caso, una viuda que ha perdido a su único hijo – y nos muestra también la potencia de Jesús sobre la muerte.

La muerte es una experiencia que concierne a todas las familias, sin ninguna excepción. Es parte de la vida; sin embargo, cuando toca a los afectos familiares, la muerte no nos parece jamás natural. Para los padres, sobrevivir a los propios hijos es algo particularmente desgarrador, que contradice la naturaleza elemental de las relaciones que dan sentido a la familia misma. La pérdida de un hijo o de una hija es como si detuviera el tiempo: se abre un abismo que traga el pasado y también el futuro. La muerte, que se lleva el hijo pequeño o joven, es una bofetada a las promesas, a los dones y sacrificios de amor alegremente entregados a la vida que hemos hecho nacer. Tantas veces vienen a misa en Santa Marta padres con la foto de un hijo, una hija, niño, muchacho, muchacha y me dicen: “se fue”.
La mirada es tan dolorida. La muerte toca y cuando es un hijo toca profundamente. Toda la familia queda paralizada, enmudecida. Y algo similar sufre el niño que se queda solo, por la pérdida de un padre, o de ambos. Esa pregunta: “¿dónde está papá?” “¿Dónde está mamá?” – Está en el cielo.  “¿Pero por qué no lo veo?” Esta pregunta que cubre una angustia en el corazón del niño o la niña. Se queda solo. El vacío del abandono que se abre dentro de él es aún más angustiante por el hecho que no tiene ni siquiera la experiencia suficiente para “dar un nombre” a aquello que ha sucedido. “¿Cuándo vuelve papá?” “
¿Cuándo vuelve mamá?” ¿Qué se responde? Y el niño sufre. Y así es la muerte en familia.
En estos casos la muerte es como un agujero negro que se abre en la vida de las familias y a la cual no sabemos dar explicación. Y a veces, se llega incluso a dar la culpa a Dios. Pero cuánta gente – yo los entiendo – se enoja con Dios, blasfema: “¿Por qué me has quitado el hijo, la hija? ¡Dios no está, no existe! ¿Por qué hizo esto?” Tantas veces hemos escuchado esto. Pero esta rabia es un poco aquello que viene del corazón, del gran dolor. La pérdida de un hijo o de una hija, del papá o de la mamá es un gran dolor. Y esto sucede continuamente en las familias. En estos casos, he dicho, la muerte es casi como un agujero.

Pero la muerte física tiene “cómplices” que son aún peores que ella y que se llaman odio, envidia, soberbia, avaricia; en resumen, el pecado del mundo que trabaja para la muerte y la hace todavía más dolorosa e injusta. Los afectos familiares aparecen como las víctimas predestinadas e indefensas de estas potencias auxiliares de la muerte, que acompañan la historia del hombre. Pensemos en la absurda “normalidad” con la cual, en ciertos momentos y en ciertos lugares, los eventos que agregan horror a la muerte son provocados por el odio y por la indiferencia de otros seres humanos. ¡El Señor nos libere de acostumbrarnos a esto!

En el pueblo de Dios, con la gracia de su compasión donada en Jesús, tantas familias demuestran, con los hechos, que la muerte no tiene la última palabra y esto es un verdadero acto de fe. Todas las veces que la familia en el luto – incluso terrible – encuentra la fuerza para custodiar la fe y el amor que nos unen a aquellos que amamos, impide a la muerte, ya ahora, que se tome todo. La oscuridad de la muerte debe ser afrontada con un trabajo de amor más intenso. "¡Dios mío, aclara mis tinieblas!”, es la invocación de la liturgia de la tarde. En la luz de la Resurrección del Señor, que no abandona a ninguno de aquellos que el Padre le ha confiado, nosotros podemos sacar a la muerte su “aguijón”, como decía el apóstol Pablo (1 Cor 15,55); podemos impedirle avenenarnos la vida, de hacer vanos nuestros afectos, de hacernos caer en el vacío más oscuro.

En esta fe, podemos consolarnos unos a otros, sabiendo que el Señor ha vencido la muerte de una vez por todas. Nuestros seres queridos no desaparecieron en la oscuridad de la nada: la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios. El amor es más fuerte que la muerte. Por esto el camino es hacer crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos custodiará hasta el día en el cual cada lágrima será secada, cuando “no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor” (Ap 21,4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una más fuerte solidaridad de los vínculos familiares, una nueva apertura al dolor de otras familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la esperanza. Nacer y renacer en la esperanza, esto nos da la fe. Pero yo quisiera subrayar la última frase del Evangelio que hoy hemos escuchado. Después que Jesús trae de nuevo a la vida a este joven, hijo de la mamá que era viuda, dice el Evangelio: “Jesús lo restituyó a su madre”.
¡Y ésta es nuestra esperanza! ¡Todos nuestros seres queridos que se han ido, todos el Señor los restituirá a nosotros y con ellos nos encontraremos juntos y esta esperanza no decepciona! Recordemos bien este gesto de Jesús; “Y Jesús lo restituyó a su madre”. ¡Así hará el Señor con todos nuestros seres queridos de la familia!

Esta fe nos protege de la visión nihilista de la muerte, como también de las falsas consolaciones del mundo, de modo que la verdad cristiana “no corra el riesgo de mezclarse con mitologías de varios géneros cediendo a los ritos de la superstición, antigua o moderna” (Benedicto XVI, Ángelus del 2 de noviembre 2008).

Hoy es necesario que los Pastores y todos los cristianos expresen de manera más concreta el sentido de la fe en relación a la experiencia familiar del luto.
No se debe negar el derecho al llanto - ¡debemos llorar en el luto! También Jesús “rompió a llorar” y estaba “profundamente turbado” por el grave luto de una familia que amaba (Jn 11,33-37). Podemos más bien tomar del testimonio simple y fuerte de tantas familias que ha sabido captar, en el durísimo pasaje de la muerte, también el seguro pasaje del Señor, crucificado y resucitado, con su irrevocable promesa de resurrección de los muertos.
El trabajo del amor de Dios es más fuerte del trabajo de la muerte. ¡Es de aquel amor, es precisamente de aquel amor, que debemos hacernos “cómplices” activos con nuestra fe! Y recordemos aquel gesto de Jesús: “Y Jesús lo restituyó a su madre”, así hará con todos nuestros seres queridos y con nosotros cuando nos encontraremos, cuando la muerte será definitivamente vencida en nosotros. Ella está vencida por la cruz de Jesús. ¡Jesús nos restituirá en familia a todos! Gracias.
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)

JUEVES SACERDOTAL, TE ESPERAMOS HOYEN NUESTRA PARROQUIA A PARTIR DE LAS 6:00 P.M. PAR LA EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR



SÍNTESIS DEL CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LA ENCÍCLICA ‘LAUDATO SI’, ECOLOGÍA INTEGRAL, NUEVO PARADIGMA DE JUSTICIA

 


(RV).-
«¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (n. 160). Esta pregunta está en el centro de Laudato si’, la segunda Encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, publicada esta mañana en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano.
El Santo Padre afirma que: «Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario», sino que nos conduce a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: «¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?». «Si no nos planteamos estas preguntas de fondo –afirma el Pontífice – «no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes». El título del documento se inspira en la invocación de San Francisco de Asís en el “Cántico de las creaturas”, y recuerda que la tierra, nuestra casa común, «es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos» (n. 1).

NO A LA CULTURA DEL DESCARTE

Pero hoy, constatamos que esta tierra maltratada y saqueada clama (n. 2) y sus gemidos se unen a los de todos los abandonados del mundo, a los descartados por la sociedad. En este sentido, el Papa Francisco invita a escucharlos, llamando a todos y cada uno a una “conversión ecológica”, según expresión de San Juan Pablo II, es decir, a «cambiar de ruta», asumiendo la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta ante el «cuidado de la casa común». Al mismo tiempo, el Papa Francisco reconoce que «se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta» (n. 19), permitiendo una mirada de esperanza que atraviesa toda la Encíclica y envía a todos un mensaje claro y esperanzado: «La humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común» (n. 13), fomentando la cultura del encuentro y de la solidaridad.

EL CUIDADO DE LA CREACIÓN TAREA DE TODOS

El Papa Francisco se dirige, claro está, a los fieles católicos, retomando las palabras de San Juan Pablo II: «los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe» (n. 64), pero se propone «especialmente entrar en diálogo con todos sobre nuestra casa común» (n. 3): el diálogo aparece en todo el texto, y en el capítulo 5 se vuelve instrumento para afrontar y resolver los problemas. Desde el principio el Santo Padre recuerda que también «otras Iglesias y Comunidades cristianas – como también otras religiones – han desarrollado una profunda preocupación y una valiosa reflexión» sobre el tema de la ecología (n. 7). En varios momentos, el Pontífice agradece a los protagonistas de este esfuerzo – tanto individuos como asociaciones o instituciones –, reconociendo que «la reflexión de innumerables científicos, filósofos, teólogos y organizaciones sociales ha enriquecido el pensamiento de la Iglesia sobre estas cuestiones» (n. 7) e invita a todos a reconocer «la riqueza que las religiones pueden ofrecer para una ecología integral y para el desarrollo pleno del género humano» (n. 62).

ESTRUCTURA DE LA ENCÍCLICA

La estructura del documento se encuentra trazado en el n. 15 y se desarrolla en seis capítulos. A partir de la escucha de la situación a partir de los mejores conocimientos científicos disponibles hoy (cap. 1), recurre a la luz de la Biblia y la tradición judeo-cristiana (cap. 2), detectando las raíces del problema (cap. 3) en la tecnocracia y el excesivo repliegue autorreferencial del ser humano. La propuesta de la Encíclica (cap. 4) es la de una «ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales» (137), inseparablemente vinculadas con la situación ambiental.

En esta perspectiva, el Papa Francisco propone (cap. 5) emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes. Y recuerda (cap. 6) que ningún proyecto puede ser eficaz si no está animado por una conciencia formada y responsable, sugiriendo principios para crecer en esta dirección a nivel educativo, espiritual, eclesial, político y teológico. El texto termina con dos oraciones, una que se ofrece para ser compartida con todos los que creen en «un Dios creador omnipotente» (n. 246), y la otra propuesta a quienes profesan la fe en Jesucristo, rimada con el estribillo «Laudato si’», que abre y cierra la Encíclica.

EJES TEMÁTICOS

El texto está compuesto por algunos ejes temáticos, vistos desde variadas perspectivas, que le dan una fuerte coherencia interna: «la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.» (n. 16).

CLAVE DE LECTURA

Los recientes acontecimientos en relación a la publicación de la Encíclica han generado diversas expectativas, sobre todo en relación a los aspectos relacionados con las políticas ambientales actualmente en discusión. Ciertamente, la Encíclica del Papa Francisco podrá y tendrá un impacto sobre las importantes y urgentes decisiones en este ámbito. Pero no se debe dejar en segundo lugar la naturaleza “magisterial, pastoral y espiritual” del documento, cuya amplitud, profundidad y mensaje no pueden reducirse al aspecto de las determinaciones de las políticas ambientales. Por todo ello, es importante ‘situar’ la Encíclica en su propio contexto, es decir, en el de la realidad de la fe, y como nos recuerda el libro del Génesis: Dios creador pone al hombre como custodio de la creación, con la tarea de conservar y renovar la casa común.

(Renato Martinez – RV)

ENCÍCLICA LAUDATO SI’. ECOLOGÍA INTEGRAL, NUEVO PARADIGMA DE JUSTICIA, TEXTO COMPLETO


Presentado la Encíclica "Laudato si" del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común. - AFP
18/06/2015 11:17
(RV)-. “Laudato si”. Hoy ha sido presentada ante los medios de comunicación la Encíclica de Papa Francisco sobre el cuidado de la creación. Como él mismo informó públicamente durante el ángelus del 14 de junio y durante la audiencia general del pasado miércoles, en este documento de la doctrina social de la Iglesia, se llama a cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, con especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales.

También el Papa Francisco antes de la publicación oficial quiso informar a cada uno de los obispos a través de una nota sobre la Encíclica, para que conocieran por anticipado su contenido y así pudieran informar a los periodistas y fieles de sus diócesis. En la nota se lee: “Querido hermano en el vínculo de la unidad, de la caridad y de la paz (LG 22) en el cual vivimos como obispos, te envío mi carta ‘Laudato sí’ sobre el cuidado de nuestra casa común, acompañada por mi bendición. Unidos en el Señor y, por favor, no te olvides de rezar por mí”. Y es que las Conferencias Episcopales de los cinco continentes contribuyeron con aportes y propuestas en un espíritu de colegialidad en el documento.

Así, llegó el momento de esta presentación con tanta expectativa mediática, periodistas de diferentes países del mundo y diferentes personalidades acudieron esta mañana al aula Nueva del Sínodo en el Vaticano para conocer  el documento “Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común”. En la rueda de prensa participaron el cardenal Peter Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Metropolitano de Pérgamo John Zizioulas en representación del Patriarcado Ecuménico y de la Iglesia Ortodoxa, el Prof. John Schellnhuber, Fundador y Director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, y Carolyn Woo, presidenta de Catholic Relief Services y Decana del Mendoza College of Business, University of Notre Dame, U.S.A.

(Mónica Zorita - RV)

TEXTO COMPLETO DE LA ENCÍCLICA "LAUDATO SI"

viernes, 12 de junio de 2015

LLEVAR LA MISERICORDIA DE DIOS A LOS AEROPUERTOS: FRANCISCO



Aeropuerto romano de Fiumicino -
12/06/2015 13:12

(RV).- El Papa Francisco recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el segundo viernes de junio, en la Jornada de la santificación sacerdotal, a los más de ochenta Capellanes Católicos de la Aviación Civil y a los miembros de las Capellanías Aeroportuarias procedentes de veintitrés  países de los cinco continentes con motivo de la conclusión del Seminario Internacional organizado por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes centrado sobre la Exhortación Apostólica  del Santo Padre Evangelii gaudium, la alegría del Evangelio, y la ayuda que se puede obtener para el ejercicios del ministerio pastoral de las Capellanías en los aeropuertos.

Tras agradecer las palabras que le había dirigido en nombre de los presentes el Cardenal Antonio Maria Vegliò, Presidente del Dicasterio organizador, elSanto Padre destacó que durante sus jornadas de estudio, reflexionaron acerca de cómo acoger las indicaciones de su Exhortación Apostólica  en su apostolado específico a partir del testimonio, para ayudar a las personas a que abran su corazón y su vida a Cristo. Porque como les dijo elPontífice:

“La solicitud pastoral en el ámbito de la aviación civil está dirigida a todos aquellos que, de diferentes maneras, pertenecen a la comunidad civil, independientemente de su nacionalidad, su credo religioso o su cultura, con especial atención a quienes entre ellos son más pobres, o padecen sufrimientos o están marginados”.

El Papa Bergoglio puso de manifiesto que el aeropuerto es un lugar de encuentro de tantas personas, que viajan por motivos de trabajo, turismo y otras necesidades, donde transitan emigrantes y refugiados, niños y ancianos, y personas que tienen necesidad de cuidados especiales. Donde también, añadió, están quienes trabajan allí cada día con sus propias situaciones personales y profesionales, sin contar el preocupante número de pasajeros indocumentados, que con frecuencia son personas refugiadas o que piden asilo político, y que se encuentran detenidas en los locales aeroportuarios por breves o largos períodos y, a veces, sin una asistencia humana y espiritual adecuada.

A veces – dijo el Santo Padre –  pueden verificarse situaciones trágicas, a causa, por ejemplo, de accidentes o secuestros, con consecuencias serias para la incolumidad y el estado psicológico de las personas. De ahí que haya recordado que “también en estas circunstancias llaman o buscan al capellán cuantos tienen necesidad de consuelo y de palabras que los incentiven”.

Por esta razón el Papa Francisco afirmó que también en los aeropuertos Cristo Buen Pastor quiere hacerse cargo de sus ovejas mediante los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, donde el encuentro con la infinita misericordia de Dios abre caminos impensados de evangelización. Y añadió que “en efecto, en nuestros días anunciar el Evangelio implica aliviar a las personas de las cargas que pesan sobre su corazón y su vida; significa proponer las palabras de Jesús como alternativa a las promesas del mundo que no dan la verdadera felicidad”. Porque como dijo el Santo Padre, “hoy se ha vuelto más urgente redescubrir el rostro compasivo de Dios, y para esto será precioso el tiempo de gracia que nos ofrecerá el Año Santo de la Misericordia”.

“La capellanía aeroportuaria – dijo textualmente el Obispo de Roma –  está llamada a ser un lugar de unidad en la diversidad para todas las categorías de personas. Los aeropuertos parecen ciudades en las ciudades, donde múltiples realidades se entrelazan y se superponen. Como una gran ciudad, el aeropuerto es un ambiente cosmopolita, multiétnico y multirreligioso, y ustedes, capellanes y miembros de las capellanías, están inmersos en la vida de estas comunidades singulares; y, por tanto, es importante colaborar dócilmente y ponerse siempre en escucha del Espíritu Santo, que crea unidad en la diversidad (Cfr. Hch 2, 1-13).

El Papa se despidió de estos queridos hermanos y hermanas animándolos a trabajar a fin de que en estos especiales lugares “de frontera”, que son los aeropuertos, haya espacio para encontrar y poner en práctica el amor y el diálogo  que alimentan la fraternidad entre las personas y preservan un clima social pacífico.

“Y rezo junto a ustedes al Señor para que su apostolado – les dijo – que participa en la misión universal de la Iglesia, sea eficaz proclamación de la Buena Nueva”. Francisco los bendijo junto a sus comunidades invocando la protección de María, y “por favor – les pidió – no se olviden de rezar por mí”.

(María Fernanda Bernasconi - RV)

CELEBRAMOS CON EL PAPA FRANCISCO, EL CORAZÓN DE JESÚS, SÍMBOLO POR EXCELENCIA DE LA MISERICORDIA DE DIOS

 Del Corazón de Jesús brota la salvación para toda la humanidad, recuerda el Papa
12/06/2015 12:26

«¡No olvidemos el amor de Dios, el amor de Jesús: Él nos mira, nos ama y nos espera. Es todo corazón y todo misericordia. Vayamos con confianza a Jesús, Él nos perdona siempre»

(RV).- En el día dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, que es la «máxima expresión humana del amor divino», resuenan las palabras del Papa Francisco, exhortando a que vayamos a Jesús, porque su corazón misericordioso nos espera siempre. Y a no olvidar nunca que el Corazón de Jesús, no es un símbolo imaginario, sino que es el centro del que mana la salvación para toda la humanidad.

Son innumerables las veces, en que ha invitado a recordar que la misericordia divina es «compasión», «es el amor de Dios, es decir la actitud de Dios en contacto con la miseria humana». Escuchemos al Papa Bergoglio, tan solo menos de tres meses después de su elección pontificia, en la cita para el rezo mariano del Ángelus, del domingo 9 de junio de 2013:

«La piedad popular valora mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que brotó la salvación para toda la humanidad».

Con el relato de la muerte de Cristo, del Evangelio de Juan, el Obispo de Roma hizo hincapié en que «del corazón de Jesús, Cordero inmolado en la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres»:

«Pero la misericordia de Jesús no es sólo un sentimiento, ¡es una fuerza que da vida, que resucita al hombre!

Pensemos esto, es hermoso: la misericordia de Dios da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia! Vayamos a Jesús».

Con el Corazón de Jesús, está el Corazón de la Madre de Dios y Madre nuestra:

«Dirijámonos a la Virgen María: su corazón inmaculado, corazón de madre, compartió al máximo la «compasión» de Dios, especialmente en la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos».

(CdM – RV)

FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA

María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón.

 Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

" Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, 
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tú quieres que sea,
hacer lo que tú quieres que haga.
No temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."


jueves, 11 de junio de 2015

LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (Aprobadas para toda la Iglesia en 1891)

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre ,(R: ten piedad de nosotros).

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios (R).
Corazón de Jesús, de majestad infinita, (R ).
Corazón de Jesús, santuario de la divinidad, (R ).
Corazón de Jesús, templo de la Santísima Trinidad, (R ).
Corazón de Jesús, abismo de sabiduría, (R ).
Corazón de Jesús, casa de Dios, puerta del Cielo, (R ).
Corazón de Jesús, silla de la grandeza y de la majestad de Dios (R ).
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, (R ).
Corazón de Jesús, que reposas entre los lirios (R ).
Corazón de Jesús, océano de bondad, (R ).
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad (R ).
Corazón de Jesús, trono de misericordia, (R ).
Corazón de Jesús, tesoro que no se agota jamás, (R ).
Corazón de Jesús, magnífico con los que te invocan, (R ).
Corazón de Jesús, de cuya plenitud hemos sido enriquecidos (R ).
Corazón de Jesús, modelo de todas las virtudes, (R ).
Corazón de Jesús, infinitamente amable e infinitamente bueno (R )
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, (R ).
Corazón de Jesús, objeto de las complacencias del Padre celestial (R )
Corazón de Jesús, hostia viviente, Santa y agradable a Dios, (R ).
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, lleno de amargura por nuestra causa, (R ).
Corazón de Jesús, triste hasta la muerte en el jardín de los Olivos (R )

Corazón de Jesús, saciado de oprobios, (R ).
Corazón de Jesús, herido de amor, (R ).
Corazón de Jesús, obediente hasta morir en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, desangrado en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, (R ).
Corazón de Jesús, transido de dolor por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, nuestra vida y nuestra resurrección, (R)
Corazón de Jesús, nuestra paz y nuestra reconciliación, (R ).
Corazón de Jesús, ultrajado en el Santísimo Sacramento de tu amor (R )
Corazón de Jesús, refugio de los pecadores, (R ).
Corazón de Jesús, fuerza de los débiles, (R ).
Corazón de Jesús, consuelo de los afligidos, (R ).
Corazón de Jesús, perseverancia de los justos, (R ).
Corazón de Jesús, salud y salvación de los que en Ti esperan (R ).
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren (R).
Corazón de Jesús, dulce apoyo de tus adoradores, (R ).
Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos, (R )
Corazón de Jesús, vocación de los religiosos y religiosas (R )
Corazón de Jesús, nuestra ayuda en las tribulaciones, (R ).
Corazón de Jesús, protector de las familias que te invocan, (R ).
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón, semejante al tuyo.

ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, que por un nuevo beneficio de tu amor, te has dignado abrir a tu Iglesia las riquezas inefables de tu Corazón, haz que podamos devolver amor por amor a ese adorable Corazón, y con nuestros homenajes de respeto y adoración, reparar los ultrajes con que la ingratitud de los hombres no cesa de ofenderte.
Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.




CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA


 Santísimos corazones de Jesús y María,
unidos en el amor perfecto,
como nos miráis con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a Vosotros.

Conocemos que el ejemplo bello
de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener, con Vuestra ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que Os disteis.

Qué nuestro hogar sea lleno de gozo.
Qué el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo sean dados libremente a todos.
Qué nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.

Y qué siempre estemos cerca de los sacramentos.

Bendecid a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
qué la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
conceded la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.

Mantened nuestras familias cerca
de Vuestros Corazones;
qué Vuestra protección
especial esté siempre con nosotros.

Sagrados Corazones de Jesús y María,
escuchad nuestra oración.
Amén

COLOMBIA CONSAGRADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: BREVE RESEÑA HISTÓRICA

 

 El 18 de octubre de 1899 estallaba en Colombia la última guerra civil que duró tres años y que se conoce como la Guerra de los Mil Días.
Esta prolongada guerra fratricida produjo consecuencias y efectos verdaderamente lamentables, como lo reconocen todos los historiadores.

En el conflicto murieron de 100 a 130 mil colombianos, cuando Colombia sólo contaba con 4 millones de habitantes. Fueron innumerables las viudas y los huérfanos que lloraban desconsolados a sus seres queridos.

La guerra paralizó todas las actividades económicas, sobre todo la explotación de los campos, presentándose una hambruna que no respetó a ninguna clase social y que puso a clamar de hambre a ricos y pobres en todo el territorio nacional.
La economía del país se desplomó y el valor de la moneda se tornó irrisorio.
Los fusiles y los cañones, además de cegar las vidas humanas, sembraban la destrucción en todo el territorio patrio.
Después de tres años de una guerra sangrienta y destructora, la situación del país se agravaba día por día y amenazaba con desembocar en una verdadera catástrofe nacional.

El entonces Arzobispo de Bogotá, Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, iluminado por una luz interior, vio que la única solución en situación tan desesperada era acudir al SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

Se dirigió entonces a la Presidencia de la República y como único medio para conseguir la tan anhelada paz, sugirió al vicepresidente encargado, el Doctor José Manuel Marroquín, la CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS y el hacer un voto de construir un templo en su honor.
El Presidente Encargado aceptó gustoso la sugerencia y el 22 de junio de 1902, en ceremonia inolvidable, consagró la República de Colombia al SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS y puso la primera piedra para el templo que es el actual Voto Nacional. Los efectos fueron inmediatos.
Recordemos que la fe puede trasladar montañas.

A los 5 meses de la Consagración, se firmaba el tratado de Winsconsin, el 21 de noviembre de 1902, poniendo punto final a la sangrienta y prolongada guerra, iniciándose una era de paz y de concordia nacional.

Han transcurrido exactamente 113 años y pareciera que la situación en el país es tan grave y aún más grave de la de 1902, después de una guerra no declarada que ya se prolonga por un espacio de más de 50 años.
Los efectos de esta guerra son tan funestos o más funestos que los de la Guerra de los Mil Días.
Sobre todo en los últimos años, han muerto tantos colombianos anualmente, sumiendo en el dolor y las lágrimas a innumerables viudas y huérfanos.
Los desplazados por la guerra que se encuentran en condiciones infrahumanas, superan los dos millones.
Las poblaciones destrozadas por la guerrilla o por los paramilitares, han dejado en la ruina a miles de colombianos.

Hasta antes de la Constitución de 1991 el catolicismo era considerado la religión oficial del Estado. Y ante las críticas al respecto se estableció, desde ese año, que Colombia sería un estado laico, no confesional o de pluralismo religioso.
Por Jorge Eduardo Acero López, S. J

El 12 de Octubre de 2008,  COLOMBIA, FUE NUEVAMENTE CONSAGRADA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y MARÍA, por parte de Monseñor Pedro Rubiano Arzobispo de Bogotá, quien al presidir la liturgia exaltó la renovación de la promesa católica.

"La renovación de la Consagración Sagrado Corazón de Jesús, recordando que después de la guerra de los mil días el país se consagró al Sagrado Corazón", señaló.

"La Santísima Virgen María, Colombia es uno de los países que tenemos más acentuada la fe a la Virgen María por ello, la Virgen María la tenemos en casi todas las ciudades, está la virgen del Rosario la que es para los colombianos, la patrona, es nuestra madre, madre de la iglesia", agregó. 

lunes, 8 de junio de 2015

LA EUCARISTÍA, FUENTE DE AMOR PARA LA VIDA DE LA IGLESIA, ES ESCUELA DE CARIDAD Y DE SOLIDARIDAD, EL PAPA EN EL ÁNGELUS

Rezo del Ángelus con Francisco - OSS_ROM
07/06/2015 11:31

 PALABRAS DEL PAPA ACTUALIZADAS
(RV).-  Como cada domingo al mediodía el Papa volvió a asomarse a la Plaza de San Pedro para saludar a los cientos de miles de fieles y peregrinos congregados para escuchar sus palabras y rezar con él la oración mariana.  A la hora del Ángelus, Francisco recordó que en la fecha muchos países celebran el Corpus Domini. Precisamente reflexionando sobre el Evangelio del día, el Pontífice subrayó que Jesús asigna al pan una función que no es más aquella del simple nutrimiento físico, sino  la de hacer presente a su Persona en medio de la comunidad de los creyentes. “Cuando tomamos y comemos aquel Pan, nosotros venimos asociados a la vida de Jesús, entramos en comunión con Él, nos comprometemos en realizar la comunión entre nosotros, a transformar nuestra vida en don, sobre todo a los más pobres”. “No basta afirmar que en la Eucarístia está presente Jesús, sino que se debe ver en ella la presencia de una vida donada y de ella tomar parte”, precisó, agregando que la Eucaristía, fuente de amor para la vida de la Iglesia, es escuela de caridad y de solidaridad. “Quien se nutre del Pan de Cristo no puede permanecer indiferente ante aquellos que no tiene el pan cotidiano”, advirtió.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO ANTES DEL REZO DEL ÁNGELUS
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
Hoy se celebra en muchos Países, entre los cuales Italia, la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, o, según la más conocida expresión latina, la solemnidad del Corpus Domini.
El Evangelio presenta el relato de la institución de  la Eucaristía, cumplida por Jesús durante la Última Cena, en el cenáculo de Jerusalén. La víspera de su muerte redentora sobre la cruz, Él realizó aquello que habia anunciado: «Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo…  El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él» (Jn 6,51.56), así dijo el Señor. Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo» (Mc 14,22). Con este gesto y con estas palabras, Él asigna al pan una función que no es más aquella del simple nutrimiento físico, sino aquella de hacer presente a su Persona en medio de la comunidad de los creyentes.
La Última Cena representa el punto de llegada de toda la vida de Cristo. No es solamente anticipación de su sacrificio que se cumplirá sobre la cruz, sino también síntesis de una existencia ofrecida para la salvación de la humanidad entera. Por lo tanto, no basta afirmar que en la Eucarístia está presente Jesús, sino que se debe ver en ella la presencia de una vida donada y de ella tomar parte. Cuando tomamos y comemos aquel Pan, nosotros venimos asociados a la vida de Jesús, entramos en comunión con Él, nos comprometemos en realizar la comunión entre nosotros, a transformar nuestra vida en don, sobre todo a los más pobres.
La fiesta de hoy evoca este mensaje solidario y nos empuja a  recibir la intíma invitación a la conversión y al servicio, al amor y al perdón. Nos estimula a convertirnos, con la vida, en imitadores de aquello que celebramos en la liturgia. El Cristo, que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que nos sale al encuentro en los eventos cotidianos; está en el pobre que extiende la mano, está en el sufriente que implora ayuda, está en el hermano que pide nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que no sabe nada de Jesús, de la salvación, que no tiene fe. Está en todo ser humano, también en el más pequeño e indefenso.
La Eucaristía, fuente de amor para la vida de la Iglesia, es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se nutre del Pan de Cristo no puede permanecer indiferente ante aquellos que no tiene el pan cotidiano. Y hoy - lo sabemos- es un problema cada vez más grave.
Que la fiesta del Corpus Domini inspire y alimente cada vez más en cada uno de nosotros el deseo y el compromiso por una sociedad receptiva y solidaria. Depongamos estos deseos en el corazón de la Virgen Maria, Mujer eucarística. Ella suscite en todos la alegría de participar a la Santa Misa, especialmente el domingo, y el valor alegre de testimoniar la infinita caridad de Cristo.
(Traducción del italiano, Raúl Cabrera, Radio Vaticano)

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO DESPUÉS DEL REZO DEL ÁNGELUS
Queridos hermanos y hermanas,
Leo allí: Bienvenido... ¡gracias! Porque, ayer fui a Sarajevo, en Bosnia y Herzegovina, como peregrino de paz y esperanza. Sarajevo es una ciudad-símbolo. Durante siglos ha sido un lugar de convivencia entre pueblos y religiones, tanto, de ser llamada la “Jerusalén de Occidente”. En el pasado reciente se ha convertido en un símbolo de las destrucciones y de la guerra. Ahora se encuentra en un bello proceso de reconciliación, y sobre todo por eso he ido: para alentar este camino de convivencia pacífica entre pueblos diferentes; un camino cansador, difícil, ¡pero posible! ¡Y lo están haciendo bien! Renuevo mi reconocimiento a las Autoridades y a todos los ciudadanos por la cálida acogida. Doy las gracias a la comunidad católica, a la que he querido llevar el afecto de la Iglesia universal, y agradezco también en particular a todos los fieles, ortodoxos, musulmanes, judíos y a los de las otras minorías religiosas. He apreciado el compromiso de colaboración y solidaridad entre estas personas que perteneces a religiones diferentes, instando a todos a llevar adelante la obra de reconstrucción espiritual y moral de la sociedad. Trabajan juntos como verdaderos hermanos. Que el Señor bendiga a Sarajevo y Bosnia y Herzegovina.
El próximo viernes, es la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Pensemos en el amor de Dios… ¡cómo nos ha amado! En el corazón de Jesús está todo este amor. Se celebra también el Día Mundial contra el trabajo Infantil. Muchos niños en el mundo no tienen la libertad de jugar, de ir a la escuela y terminan siendo explotados como mano de obra. Espero el compromiso atento y constante de la Comunidad internacional para la promoción del reconocimiento activo de los derechos de la infancia.
Y ahora saludo a todos ustedes, queridos peregrinos de Italia y de diversos países. Veo banderas de diferentes países; en particular, saludo a los fieles de Madrid, Brasilia y Curitiba; y los de Chiavari, Catania y Gottolengo (Brescia). Les deseo a todos un buen domingo. Por favor no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.

(Traducción del italiano: Griselda Mutual, Radio Vaticano)